Por: Ana María Buitrón

Paola Roldán, experta en desarrollo sostenible, estableció un diálogo con nosotros para compartir ciertas claves que cimentan la responsabilidad social empresarial.

Es un deleite tener la oportunidad de profundizar sobre temas tan humanos como este, donde se plantea a la sostenibilidad como un trabajo de coaching personal, y como dice Paola, donde la palabra “sostenibilidad” no sea un término extraño. La intención es la contraria, que se convierta en una oportunidad para palpar lo importante, para ser honestos y cosechar esos frutos.

¿Qué es el desarrollo sostenible?

Todos estos términos tienen connotaciones muy marcadas. El desarrollo sostenible ha sido secuestrado por los ambientalistas y ahora se piensa que es todo lo verde (si reciclas, si utilizas focos led, etc). Yo estoy regresando al concepto de sostenibilidad en mi vida profesional.

¿Cómo?

Puedes desarrollar un sinnúmero de acciones que se plasmen en tus reportes como desarrollo sostenible, pero si no has trabajado en lo básico nada es sostenible per se. Por ejemplo, puedes hacer un proyecto de carbono neutro, pero si no trabajaste en programas de crecimiento para tus colaboradores no serás sostenible porque habrás descuidado lo fundamental.

Entonces ¿qué sería más importante?

La gestión de recursos humanos es lo principal en la sostenibilidad, es la base. Para ser sostenible hay que desmitificar la sostenibilidad, quitar las capas que cubren esta palabra con velos de misterio. Eso significa aplicar las medidas que una empresa en realidad pueda sostener y mantenerlas en el tiempo, por pequeñas que sean.

¿Cómo se relaciona todo esto con el individuo?

Tiene mucho que ver con el trabajo e introspección del individuo. Hay que enfocarse en las pocas o muchas políticas empresariales que se puedan sostener a través del tiempo, y que nos hagan responsables con nuestro entorno. Es un proceso de concienciación, de mostrar, de explicar, de palpar las cosas importantes, de lograr que la sostenibilidad no sea una palabra extraña. Debemos estar en capacidad de identificar qué políticas se ajustan a nuestros valores empresariales, los cuales podrán ir evolucionando.

¿Cuál es la base de partida desde la posición empresarial?

Trabajar con el individuo desde los puntos de vista que mencioné anteriormente. Identificar cuáles son tus valores, cuáles son los valores que imprime tu empresa, y cuáles son los valores que pueden sostenerse. Un pasito pequeño bien dado, que pueda sostenerse en el tiempo, es mucho más poderoso que tener una política novedosa que dure un año y se caiga.

¿Cómo identificar dichos valores?

A través de un proceso de coaching. Este ha sido mi enfoque en las últimas consultorías que he desarrollado. Hay que redescubrir o desanudar los verdaderos valores empresariales para entender el objetivo del negocio. Muchas empresas se enfocan en la misión y la visión, que son palabras bastante vacías, por eso es preciso definir el propósito de la empresa y descubrir para qué existe, porque hacer dinero no es un fin. Si estableces tu propósito como capitán del barco y forjas ese trabajo a conciencia, respondiendo para qué estoy aquí y para qué está mi empresa, se decanta cuáles son tus valores y determinarás si pueden o no sostenerse.

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¿Cómo lograr que los empleados se conecten con tu propósito?

En Ecuador hay estudios que demuestran que un porcentaje importante de la gente que trabaja dentro de las empresas privadas no las encuentra creíbles. Es determinante conocer que dentro de los parámetros que determinan la credibilidad están la responsabilidad, el ambiente, la seriedad y honestidad de los directivos. Hay que comprender que la sociedad civil y los empleados están muy pendientes de la responsabilidad social y quieren involucrarse. Ven mal a las empresas privadas que no la ejecutan. Si tus empleados no comulgan con tus objetivos, puede ser porque la empresa no está siendo sostenible ni profundamente conectada con sus valores.

¿Cómo sugieres trabajar en esto?

Si nuestras políticas no son sostenibles, aunque generemos muchas acciones en torno a la responsabilidad social, nuestros propios empleados, que son nuestros auditores, no nos van a creer y eso es grave. Hay que hacer una revisión interna de la empresa desde el propósito para ver hacia donde tenemos que ir, no importa que hagas poquito, mientras sea real y auténtico. Debemos volver a mirarnos, eso nos falta no solo como sector empresarial sino como sociedad. Las empresas tienen un montón de reconocimiento por ser generadoras de empleo, de bienestar, de índices económicos y administrativos; sin embrago, lo que genera credibilidad tiene que ver con los valores de la empresa.

¿Podemos seguir ejemplos mundiales de manejo de responsabilidad empresarial?

Aquí nos llega la filosofía decantada de otros países que vienen haciendo eso por mucho tiempo, y queremos adaptarlos sin haber trabajado en nuestras bases. Es evidente que ellos han tenido que madurar para llegar a estos procesos, les ha tomado años y les ha costado mucho, porque nada sucede de la noche a la mañana. Hemos sido súper valientes en querer adoptar estas filosofías internacionales pero hemos mirado hacia adentro en nuestros procesos de adaptación o maduración. Los grandes proyectos no serán sostenibles en el tiempo si no has trabajado en las bases. Aquí somos esperanzados y ambiciosos, pero no basta con ser soñadores, hay que establecer raíces.

¿Cómo debería desarrollarse el crecimiento de la empresa?

Después del proceso introspectivo en el que entiendes los valores de una empresa, es importantísimo manejar ciertos puntos estratégicos a nivel empresarial: analizar el contexto-entorno, analizar riesgos y oportunidades, e identificar las externalidades de tu negocio. Por ejemplo, hoy no puedes ser una compañía de bebidas que no hable de nutrición, o una compañía de carros que no tenga un discurso en relación a lo que significa conducir y usar el teléfono celular. No importa quién venga a administrar tu negocio, si estás trabajando en estos temas que generan beneficios y sostenibilidad a la empresa, eso se va a mantener sólido. Es más sostenible una empresa que tiene una política de manejo de riesgos adecuados a una que no lo haga y tenga proyectos de responsabilidad corporativa con la comunidad. Esto no la hace sostenible, solo representa una linda propaganda.

Siempre hay temor al cambio, a ese mirar hacia adentro que mencionas…

Sugiero ir despacio, partiendo desde el análisis de tu propia empresa. Debemos considerar que la sociedad está cambiando, y si bien el rol de la empresa es el mismo, la sociedad espera mucho más y hay más exigencias para con las empresas. Vamos evolucionando. Hoy las regulaciones, la sociedad, o el marketing exigen que mires hacia otros lados, entonces para ser sostenible, tarde o temprano, vas a tener que cuestionarte, de lo contrario vas a perder. Los que se demoran en hacer este análisis corren más riesgos. La idea es que hagamos revisiones y balances de cosas que sí podemos ejecutar a partir de desnudar el concepto sostenibilidad; usar una guía para las estrategias que se aplican y medir su ejecución con indicadores de implementación, para ajustar por dónde vas.

¿Cómo deberíamos reflejarnos en nuestra empresa?

Tú eres un todo, no puedes ser respetuoso en la empresa y ser irrespetuoso en tu hogar. Nada que no sea auténtico se sostiene y esa es la parte difícil. No se trata de hacer mucho, se trata de hacer lo que sea verdadero, porque solamente lo auténtico da frutos.