Por Caridad Vela

El amigo de siempre nos recibe con la cordialidad que lo caracteriza. Importantes cargos a nivel público no empañaron su sencillez al momento de concedernos entrevistas, tampoco su posición actual como empresario privado lo limita en la familiaridad de sus expresiones. No importa dónde esté, Pablo Campana es lo que es, un personaje con carisma, inteligencia, visión y objetivos claros, que irradia energía positiva.

Lo visito en las flamantes oficinas de Millenium. Percibo un aire distendido en el ir y venir de sus colaboradores, matizado con la formalidad de las gestiones empresariales que ahí se llevan a cabo. El ex ministro está de regreso en su ámbito natural, la empresa privada y el entorno familiar. Su pequeña hija nos acompaña durante la entrevista guardando comportamiento de adulta. Escucha con atención, como si a su corta edad pretendiese empezar su preparación para el mundo corporativo.

“Fue un honor servir al país, una experiencia espectacular, una forma maravillosa de retribuir las tantas maravillas y oportunidades que nos da en el día a día”, es la frase con la que abre esta entrevista.

¿Cómo enfrenta la transición del sector público a sus actividades privadas?

He vuelto al sector privado con mucho ánimo de emprender, de trabajar. Después del aprendizaje que logré en el sector público tengo otra óptica, otra visión y otro entendimiento de la situación. Lo mío es trabajar con ejemplo, es ejecutar y llevar adelante proyectos, atraer inversiones y generar fuentes de empleo para ser parte del dinamismo de la economía de mi país.

¿Seguirá en el sector inmobiliario?

A esto volví al día siguiente de dejar el ministerio, y aquí seguiré, no obstante también incursionaré en otros sectores. Soy positivo de nacimiento, lucho aun cuando la situación no es la más favorable. Me han tachado de soñador, y lo soy, sueño en un mejor país, en uno más justo, en la erradicación de la corrupción, en cero desempleo. Ahora que estoy en el sector privado voy a seguir trabajando para atraer capital extranjero a Ecuador, porque nos hace falta.

¿Cuál es la mayor barrera para atraer capitales extranjeros?

El negativismo nacional. Yo soy positivo, y a pesar de que la cancha está cuesta arriba, es lo que hay y con esas reglas debemos jugar. Las objeciones más comunes son el 5% de impuesto a la salida de divisas, que por cierto, no aplica para nuevas inversiones según la Ley de Fomento Productivo; un código de trabajo muy rígido, el pago del 15% de participación a trabajadores que no existe en otros países de la región y se suma a otras cargas impositivas. Todo esto hace que Ecuador sea más costoso a la hora de producir, por eso hay que crear proyectos más rentables.

Pablo Campana - Revista CLAVE!

Caridad Vela y Pablo Campana

¿Son barreras superables?

A Ecuador lo ven de una manera muy distinta comparado con dos años atrás. Cuando inicié mis viajes formando parte del sector público nos cerraban las puertas. Ahora veo bancas de inversión, fondos privados y family offices que están mirando ciertos sectores en el país para invertir, pero hay que encontrar esos inversionistas. Hay que salir de la zona cómoda del banco privado y la banca pública, la CFN, que son muy necesarios, pero no todo es crédito. Conseguir socios aportantes y abrir el capital, compartir riesgos y rentabilidad es viable, tenemos que cambiar la filosofía de que las empresas familiares deben permanecer en ese estatus.

¿Sus nuevos proyectos serán de capital abierto?

Tengo 12 nuevos proyectos en varios sectores, siendo el inmobiliario uno de los más importantes. Pronto abriremos la división agroindustrial, también estamos estructurando un fondo de inversión privado para invertir en compañías que tienen potencial de crecimiento en la línea de exportación. Paralelamente estoy dando forma a una empresa de factoring para inyectar liquidez en algunos sectores, a lo que se suma una aventura en el sector de comunicación social, relaciones públicas y manejo de crisis. Estoy en proceso de apalancarlos abriendo acceso a inversionistas, es imposible hacer todo solo. Una economía dolarizada requiere atracción de capitales para crecer.

Hablemos del sector inmobiliario…

Varios proyectos en distintas etapas de ejecución. Menciono algunos. Solaris es un edificio de 204 consultorios médicos y oficinas de servicios. Está frente al Hotel Sonesta e implicó una inversión de alrededor de $29 millones. Platinum 1 tiene 158 oficinas, está en construcción y se entregará en marzo 2020, está totalmente vendido. Platinum 2, con 156 oficinas, arrancó obra hace pocos días con el 75% comercializado. Titanium es un proyecto de apartamentos que está en etapa de venta. Está ubicado en La Aurora, muy ceca de Samborondón, diagonal al Dorado Shopping. Torre Millenium lo lanzamos hace un par de meses y en ese corto período hemos logrado $16 millones con promesas de compraventa firmadas. Es un proyecto de 45.000m2 diseñado por el Arq. Eduardo Macintosh. A este portafolio de proyectos se suman otros que están en carpeta para los cuales estoy buscando financiamiento.

¿Alguna primicia ?

Siempre he querido hacer un hospital que lleve el nombre de mi padre, Dr. Pablo Campana Malo, médico pediatra. Lo construiré en Guayaquil. En carpeta también está un proyecto logístico y otro de índole comercial, además de otros con la misma tipología de oficinas y departamentos como los que hemos desarrollado, pero vale aclarar que soy promotor inmobiliario, no constructor. La construcción de mis proyectos la licito entre las cinco principales constructoras del país.

¿Incursionará en vivienda social?

Indudablemente. Empezaremos en Guayaquil en alianza estratégica con Mutualista Pichincha. Nos enfocaremos inicialmente en proyectos dirigidos a clientes institucionales del sector privado, a la gran empresa que tiene mucho obrero que necesita planes de vivienda. Para acercarte a ellos hay que tener un plan completo: planificación, financiamiento, comercialización, crédito y cobranza, y un equipo de trabajo muy dinámico. Más adelante seguiré con otros proyectos independientes de vivienda social en Guayaquil, Manta, Machala, Los Ríos y Quito, soy quiteño y quiero hacer un proyecto en mi ciudad.

Lo noto optimista en este aspecto…

Casa para Todos no ha terminado de conseguir los objetivos que se plantearon, pero ahí hay una oportunidad para los constructores, promotores, empresarios, emprendedores y para el mismo sistema financiero. El programa no ha funcionado por falta de financiamiento, la situación económica del país a nivel sector público no es la deseada, hay que entender la necesidad de liquidez que tiene el gobierno, y que los sectores prioritarios, como salud, no se pueden desatender.

ablo Campana - Revista CLAVE!

¿Solución?

Hace falta cortar gasto corriente, vender o concesionar activos improductivos, salir de ciertas empresas que no son rentables y convertir eso en liquidez de manera transparente, con licitaciones públicas y abiertas, para atraer capitales nacionales y extranjeros. También hay que facilitar los procesos.

¿En qué sentido?

Es determinante entender que quien invierte es el empresario, quien da el 90% del empleo es el sector privado, hay que normar y actuar en concordancia con esa empresa privada para lograr que la economía se dinamice. El Presidente Moreno ha hecho un gran trabajo, nos ha llevado a un modelo económico muy interesante y positivo. Si el dinamismo en el mundo se maneja desde el sector privado, el sector público tiene que cumplir su parte. Estamos desesperados por obra pública y privada, por atraer inversiones, el gobierno debe trabajar con sentido de urgencia. La gran inversión que tanto prediqué durante mi paso por el ministerio no se está dando por falta de gestión y promoción de algunos ministerios, no por falta de apetito de los inversionistas.

¿La inversión extranjera llega con mayor facilidad para proyectos privados?

Nada es fácil en la vida. Cuando me independicé en el año 2012, una persona a quien valoro mucho me dijo: “tienes dos alternativas, trabajar para alguien o ser emprendedor y volar, pero para ello tienes que buscar socios”. Salí a buscar apalancamiento en Londres, Nueva York, Miami, y me di contra el piso. Busqué en Ecuador y tampoco me fue bien, pero la constancia y perseverancia dieron frutos. Viajé a Alemania y Bélgica y conseguí el socio que buscaba. Entendí el modelo y las puertas empezaron a abrirse.

¿Qué priorizan los inversionistas?

Tanto en el sector inmobiliario como en otros sectores, buscan proyectos que ofrezcan rentabilidad de dos dígitos medios hacia arriba, lo que llamo los “teens”. La confianza es un requisito indispensable para levantar apalancamiento, el potencial socio busca personas con credibilidad y buena imagen en su país, que tengan capacidad de ejecutar. Se puede abrir capital por proyecto o por portafolio, hay varias alternativas. Hace algunas semanas estuve en Nueva York, me reuní con catorce entidades financieras y hace pocos días mantuve videoconferencias con otros inversionistas en diferentes países. En octubre llegan 17 de ellos desde Europa para visitar terrenos y revisar los 12 proyectos que tenemos en carpeta.

En términos de confianza, ¿qué es lo más importante?

Lo más importante para un empresario, y también para un político, es el nombre. Es el activo fijo intangible más valioso que podemos tener los seres humanos, es lo que realmente heredaremos a nuestros hijos, y es lo que nos abre puertas a nivel corporativo. Durante los dos años que estuve en el sector público mi objetivo fue trabajar 24/7 por un gran país, entregarme por completo y salir por la puerta grande habiendo estado al frente del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones, Pesca, y Pro Ecuador.

¿Cómo ve la situación de la industria inmobiliaria?

Hay momentos en la vida en los que hay que recogerse, pensar y planificar, pero los emprendedores debemos tener resorte propio, no podemos estancarnos. Es época para buscar nuevos terrenos, diversificar, estudiar y valorar a fondo cada opción. El mercado nunca funciona igual, hay que ser creativo porque hay muy buenas oportunidades dentro del sector inmobiliario, por ejemplo en el sector turismo. El sector turístico es el 10% del PIB mundial, genera uno de cada diez empleos directos e indirectos en el mundo, y en Ecuador estamos en pañales, hay mucho por desarrollar.