Eco Tourismo en el corazón de Guayaquil

Por: Karla Morales
Fotos cortesía: Ricardo Bohórquez

Hasta hace unos años, la mayoría de quienes nos parábamos a ver el Río Guayas desde el malecón de Guayaquil, achinábamos los ojos para intentar hacer un zoom natural de Isla Santay, que se veía a poca distancia desde ese punto. Muchos nos preguntábamos cuánta gente vivía allí e imaginábamos la vida de aldea que se desarrollaba a unos cuantos metros. Hoy, conocer Santay –esa isla que nos recordaba capítulos de Lost- es una oportunidad abierta que bien vale aprovechar con frecuencia, como sólo puede aprovecharse a los lugares que se convierten en válvulas de escape de ciudades agitadas.

En octubre del año 2000 Isla Santay fue declarada por la Convención Ramsar como un humedal de importancia internacional por su biodiversidad, y por ser hábitat de especies consideradas amenazadas o en estado de extinción en Ecuador, como el pato machacón y el cocodrilo de la costa, entre otros. El 20 de febrero de 2010, Isla Santay fue declarada Área Nacional de Recreación por el Ministerio de Ambiente, y considerada como el nuevo pulmón de Guayaquil. La isla cuenta con una ubicación envidiable al estar en medio del Río Guayas y ser refugio de biodiversidad. Dentro de su variada vegetación, constituida principalmente por bosque seco, manglares, zonas de pastizales y gramíneas, existe una extensa variedad de aves, mamíferos y reptiles.

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Isla Santay es una zona de conservación que parece existir para sanar el aire de una ruidosa ciudad y regalarnos la oportunidad de hacer turismo ecológico, ciclismo, o trecking en el corazón de una metrópoli. La isla está conectada con Guayaquil y Durán por medio de puentes peatonales ubicados en la calle El Oro, y en el Malecón de la ciudadela Abel Gilbert, respectivamente.

DATOS

  • Isla Santay – Guayaquil
    Cantón Durán
  • Lunes a domingo 06h00 – 17h00
    (retorno a Guayaquil 18h00)
  • www.islasantay.info
  • 2 6839995 EXT 3542
    Empresa Pública de Parques Naturales y Espacios Públicos EP- Guayaquil

Si bien los fines de semana son los días con mayor afluencia de visitantes, prefiero aconsejarles que recorran la isla un día de semana, no sólo porque la menor afluencia permite disfrutar más cómodamente el trayecto por el puente peatonal, sino también porque podrán observar con más tiempo y detenimiento la vegetación y los animales que habitan la isla. Y es que es precisamente la biodiversidad existente en la zona, lo que torna este paseo ecológico en una experiencia que querrán repetir siempre. Cada tanto.

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El paso peatonal Guayaquil-Santay mide 840m de longitud. Al llegar a la isla se accede por un sendero a la ecoaldea, en una ruta de 2km. El paso peatonal Durán-Santay mide 678m de longitud, y esta ruta se enlaza con un sendero de 4,5km desde donde se puede fácilmente ver el cerro Santa Ana.

Los horarios para acceder a Isla Santay tienen mucho que ver con lo que les mencionaba en el primer párrafo: la isla es una oportunidad abierta. El itinerario de atención en el puente peatonal es de 06:00 a 21:00, mientras que el acceso a la Isla es de 06:00 a 17:00, de lunes a domingo. Sus habitantes son los guías encargados de mostrar el lugar, y son los anfitriones ideales de un espacio que, además de ser su hogar, es un centro de naturaleza viva y muestra de coexistencia en armonía.

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A pocos metros de la eco-aldea está el Paseo de los Cocodrilos, hogar de once cocodrilos

En esta visita decidí recorrer Santay saliendo desde Durán en bicicleta, y de allí a Guayaquil, en un circuito de unos 6km que toma alrededor de 45 minutos. Esta ruta exige una parada estratégica en el comedor de la eco-aldea, en donde el menú ofrece desde pescado frito con arroz y menestra, o seco de pollo, hasta ceviches, humitas y empanadas. A pocos metros de la eco-aldea está uno de los lugares emblemáticos de Santay: el Paseo de los Cocodrilos que va hacia La Cocodrilera, lleno de sus propios encantos y misterios. Luego de 25 minutos de trayecto llegamos al mirador, desde donde se podrá apreciar los once reptiles que viven en dos lagunas.

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Si eres de los que prefieren vivir el turismo ecológico desde adentro, puedes hospedarte en cualquiera de las tres cabañas disponibles, y que cuentan con capacidad para cuatro personas cada una, por un precio de $30 la noche.

Santay es una experiencia y una oportunidad. Es un lugar que te permite vivir varias veces una primera vez.