La Cámara Internacional de Conferencistas le otorgó el premio al Mejor Speaker de 2019. Harold tiene 36 años y ha sido criticado por sus colegas por diferenciarse en la forma de aplicar su profesión. Proviene de una familia de bajos recursos y su vida la hizo en dos países que ama con todo su corazón: Colombia y Ecuador. No le teme a romper esquemas y cada paso que da lo hace con una gran sonrisa.

Este es un breve recorrido por la vida de Harold Díaz, Coach Ejecutivo y Mentor en Neurociencias, que ha destacado por unir ambas especializaciones en una: el ‘Comicoach’, una visión del coaching aplicada en la Humortivación, en Team Building, Mentoring, capacitaciones empresariales, talleres y Neuromarketing.

En Ecuador es conocido por ser uno de los fundadores del programa de Televisión No Noticias, transmitido por Teleamazonas, un espacio compartido con un equipo de comediantes nacionales, cuyo humor ha sido acogido por miles de personas a nivel nacional.

La carrera de Harold como cómico empezó desde que era pequeño. En la escuela fue expulsado por imitar a uno de sus profesores y, hoy en día, esa experiencia le sirve para reforzar su profesión y sentirse orgulloso de ella. Hace 126 imitaciones a políticos, cantantes, dibujos animados, etc. Siempre quiso ser comediante, sin embargo, cuando buscó ser profesional, un sentimiento profundo de ayudar al prójimo lo movió hacia el Coaching y la Neurociencia. “Siempre he pensado que el humor es algo que la gente necesitaba para estar mejor. Pero el punto fue, cómo utilizarlo para ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos y metas”.

Entonces, empezó el trabajo de conjugar la seriedad con lo corporativo, lo administrativo con el humor, con felicidad, con la emoción; y para contar lo que significa para él hacerlo, trae a colación una frase de Cantinflas: Hacer humor es cosa seria, y a las cosas serias hay que tomarlas con humor.

De la mano de esta y de la frase de Albert Einstein, que dice que el humor y la creatividad son la inteligencia divirtiéndose, Harold avanzó en su propuesta rompiendo esquemas de lo que se había conocido en el ámbito empresarial. “Siempre han separado los dos mundos, o eres serio en el mundo corporativo o eres un chistoso…” Pero, ¿por qué no unir estas dos visiones?

“Cuando hice la certificación en Coach Ejecutivo hicimos un ejercicio denominado Caja de Herramientas, a través del cual sacas las cosas que te gustan hacer y las que haces bien; luego te invitan a pensar qué haces en tu campo profesional y cómo podrías unir las dos cosas para tener un trabajo ideal”. Ese fue su primer paso.

Luego estudió Neurociencias y allí se encontró con lo que se conoce como actitud positiva y la forma en que las personas pueden incluir esta visión en la parte profesional y en sus aspiraciones de vida, lo que le llevó a entender que estaba por el camino correcto al conceptualizar el ‘Comicoach’, la metodología que pronto le llevaría al éxito profesional.

“El concepto ha pegado muy bien, a la gente le gusta lo que hago. Cuando a los empleados les hablas de capacitación existe una idea previa de aburrimiento, de hablar solo de metas, ventas, etc. Creen que van a sentarse a que les regañen, o hacerles ver lo que hacen mal, entonces, lo que propongo a través del Comicoach es organizar capacitaciones divertidas. La gente se ríe porque hacemos monólogos, stand ups, doblajes, imitaciones de voces, parodias y todo aquello lo aterrizamos en conceptos del campo corporativo. También lo usamos como una herramienta para que la gente recuerde lo dicho de mejor manera, porque la metodología que ofrezco tiene que ver con las emociones (es que todo se basa en emociones), y en este método son parte de un proceso de aprendizaje”.

Harold Díaz - Revista CLAVE

Harold Díaz

Lo que ha logrado Harold es lo que muchas empresas buscan: motivación, trabajo en equipo y resultados. “Siempre en las empresas hay roces o peleas internas y en este tipo de talleres, en donde interviene el humor, la gente se relaja aprendiendo, se unen, forman equipos y disfrutan de la compañía del otro”, sostiene.

Pero el camino no fue fácil. Harold tuvo que romper paradigmas para que su metodología sea aceptada en el mundo corporativo. Para ello se capacitó mucho, buscó innovar, aprender, conocer lo que se estaba haciendo en otras partes del mundo. “Tuve que romper con la percepción de que la capacitación debe ser seria, además de aprender a manejar la imagen de lo que mis personajes dejaban en el público. Soy conocido en televisión por ellos y eso fue un poco complicado. Los empresarios me preguntaban si iba a hacer reír o a capacitar, y yo les contestaba las dos cosas”.

A Harold le costó bastante ser aceptado por sus colegas y capacitadores nacionales e internacionales. Ellos se preguntaban cómo así la risa puede cambiar a una empresa, cómo la felicidad interviene en un proceso tan serio como la capacitación. “Cuesta mirar las cosas desde otro punto de vista, cuesta mucho cambiar, pero vivimos en un mundo en donde todo está en movimiento. Entonces es absurdo mantenernos estáticos. No hay que tenerle miedo al cambio. Hacerlo es un tema de inseguridad. Sentir miedo está bien, pero no podemos permitir que nos paralice”, comenta.

Desde hace tres años trabaja con la marca ‘Comicoach’, cuya visión la aplica para cualquier tipo de negocio y en cualquier ámbito de la vida. En cuanto a las ventas inmobiliarias, se refiere a una forma de hacer negocio que debe tener presente que la estrella del negocio no es un producto determinado, sino el ser humano. “Es importante enfocarse en lo que el cliente quiere. Cuando vas a comprar una casa, buscas un hogar o buscas seguridad… Cuando una mujer entra a conocer una casa o un departamento mira la sala en la próxima Navidad, con su familia reunida; el señor mira su estudio, el espacio donde poner sus dos cositas y ¡ya!, no quieren cifras ni frivolidades”.

Según él, escuchar a los clientes es la base para tener éxito en los negocios. Se debe entender lo que realmente quieren las personas, lo que están buscando más allá de la casa, porque eso será una guía con la que se puede asesorar de manera correcta. “Los negocios se hacen entre personas y se trata de crear conexión, de humanizarlos. Es importante que podamos darnos cuenta de lo que realmente quiere, sueña y espera un cliente. La casa siempre es un sueño porque simboliza muchas cosas para la familia. Antes de hablar de costos, de formas de pago, se debe hablar de lo que la gente busca, sueña y piensa”.

Para Harold este enfoque puede ser aplicado a todo, porque, según sus palabras, no se pueden escoger las circunstancias de la vida, pero sí se puede escoger cómo vivirlas. Se trata de pasar de la negación a la aceptación, y luego a la búsqueda de cómo aprovechar una situación determinada para colocarla a su favor, todo con el fin de vivir de mejor manera una experiencia.

“En la vida todo es cuestión de enfoque, de cómo decidimos asumir algo que no nos gusta. Cuando aceptas encuentras otras perlas que te aportan para crecer personal y profesionalmente. Si fallas continuamente y no aprendes que algo está mal en tu proceso de venta o de vida, entonces estás estancado y es momento de cambiar, de moverte. La vida puede ser en blanco y negro, pero es indispensable escoger el color con el que quieres ver las cosas”.

La Cámara Internacional de Conferencistas nombró a Harold Díaz como embajador para Ecuador y Colombia, algo de lo que se siente orgulloso. Pronto dará conferencias en Perú, México y Colombia.

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