Por: Irene Icaza Arteta

Junio – Julio 2013

Raúl Acaituri y Ana Lucía Varas fueron de las primera familias en mudarse a Samborondón; antes de que la Vía a Samborondón se vuelva la columna vertebral de un sinnúmero de urbanizaciones, centros comerciales, business centers y opciones de entretenimiento como lo es actualmente.

Raúl es ingeniero, con especialización en pavimentación de vías, que acumula 50 años de experiencia, diez de los cuales los ha dedicado al estudio y análisis de carreteras en Guayaquil y Quito. Es contratista de importantes empresas, especialmente en el cantón en que reside. Las vías internas de varias Urbanizaciones como Los Lagos han sido pavimentadas por Raúl y su equipo.

Hace 25 años, cuando al referirse a Samborondón se pensaba en campo, las primeras urbanizaciones empezaron a aparecer en la ciudad. Raúl trabajaba como contratista en Hormigones Precon, empresa que requería sus servicios en una de estas urbanizaciones. Le ofrecieron un terreno a cambio de su trabajo, y lo aceptó.

Recuerda que la primera vez que vieron el terreno, Ana Lucía, su esposa, pensaba que se iba a encontrar con elefantes porque era pura vegetación. Sin ir muy lejos, al mudarse a la zona se encontró con gente a caballo de las haciendas donde ahora existen grandes complejos de vivienda.

Raúl lleva 25 años viviendo en Samborondón, junto a su familia, en una de las primeras urbanizaciones que se construyeron en la zona.

¿Qué potencial vieron a la zona para mudarse aquí?
Más que potencial, lo que hubo fue una muy buena oportunidad que supimos aprovechar. En ese entonces vivíamos en el sur, y yo trabajaba como contratista en Hormigones Precon. El Gerente, un hombre visionario, me propuso que aceptara un terreno como pago por mi trabajo. Lo acepté, se dieron varios factores y decidimos mudarnos acá. Ahora estamos absolutamente satisfechos con la decisión tomada y mi señora prácticamente no quiere salir de la casa.
¿Cómo se dio el desarrollo inmobiliario en la zona?
Empezaron a proyectarse varias urbanizaciones con importantes retiros frontales que presentan diseños de jardines muy llamativos y bien logrados. Esto contribuyó a la estética del sector y convirtió a Samborondón es un sitio especial. Cuando nos mudamos habían ya algunas casas en la Urbanización Entre Ríos; pero la urbanización La Puntilla no estaba habitada porque no tenía agua potable. Apenas colocaron la tubería, eso se llenó de inmediato, y así continuó. La Urbanización Los Lagos es una de las primeras ciudadelas.
¿Qué beneficios tenía la zona?
La gente que tenía proyectos aquí es gente con visión. Se invirtió acá por que se vio un espacio que está limitado por ríos a cada lado, por lo que no se puede extender demasiado manteniendo la exclusividad. Tanto así que las urbanizaciones más económicas, pero de altísima calidad, recién aparecen en el kilómetro diez de la vía. No son suburbio, sólo que están un poco más alejadas.
¿En qué proyectos se ha involucrado en Samborondón?
Los proyectistas son los arquitectos, yo soy el ejecutor de las obras y me dedico a pavimentar las vías. Decidí que esa sería mi especialización pensando en que los gringos han logrado enormes éxitos precisamente porque se especializan en algo específico, en lugar de ser todólogos. A la hora de pavimentar las urbanizaciones empiezo mi trabajo.

¿La mayoría de las urbanizaciones en Samborodón se han pavimentado con hormigón?
Mi opinión como profesional es que, sobre todo en la costa, se debe pavimentar con hormigón hidráulico, con cemento, nunca con asfalto. En Samborondón hay un problema con el nivel freático que es muy alto, y esto hace que la humedad suba. Al hormigón el agua le hace bien, por lo que una vez que se pavimentó, dura una barbaridad. Alguien decía que la humedad es al asfalto como la kryptonita a Superman…la mata.

¿Pero el hormigón es más caro?
Sí, cuesta más, pero hay estudios que confirman que en alrededor de diez años, la inversión de instalar hormigón se iguala a la inversión de pavimentar con asfalto, por el constante mantenimiento que requiere. Con hormigón inviertes una vez y nunca más.
¿Cuál es el tiempo de duración del hormigón?
No se sabe cuánto dura. En 1982 me subcontrataron para ejecutar la pavimentación de las grandes vías de Guayaquil. Hicimos la Av. Juan Tanca Marengo, Pedro Menéndez Gilbert, Av. De las Américas, y Av. Al Puerto; han pasado 30 años desde entonces y todas las vías están en perfectas condiciones. Tengo el tema de analizarlas cada vez que paso por ellas, y están perfectas. 
¿Cuál es el costo por metro cuadrado de pavimentar con hormigón?
La losa de 20cm de hormigón cuesta $35. Pero en el proceso hay que eliminar ciertos materiales que son malos, se debe rellenar la sub base y base. Digamos que con mano de obra incluida, el precio por m2 es de aproximadamente $50. El Alcalde de Samborondón, José Miguel Yúnez Parra, solamente pavimenta con hormigón hidráulico. Además de la ventaja que tiene en cuanto a durabilidad, necesita menos luz para iluminarlo por la noche. El Municipio nos privilegia con ciertos puntos de ventaja para las contrataciones a quienes estamos empadronados en Samborondón.
¿Qué otros proyectos está llevando a cabo?
En Tarifa, que es una población pequeña, estamos haciendo calles muy grandes y pavimentándolas con hormigón hidráulico. Es un esfuerzo del Gobierno Central de Samborondón que vale la pena: gasta una vez y se olvida.
¿Y en la Vía a Samborondón?
Del km 10 al 5 hice la canalización telefónica para las empresas que ofrecen este servicio, y ahora estoy haciendo el mismo trabajo desde el km 5 al km 1. Se colocan tubos bajo tierra para pasar por ahí los cables, con una inversión por cada 5km, de lado y lado, de aproximadamente $800.000.
¿Usted construyó su casa?
Soy ingeniero y construí mi casa, pero trabajé con el Arq. González de la ciudad de Cuenca. Me gusta mucho la arquitectura cuencana, y confío mucho en este profesional, por lo que le di libertad de diseñar a su antojo. Pasados los años, lo único que cambiaría es el tamaño de los dormitorios, los agrandaría.
¿Hace 25 años viven en esta casa, han hecho trabajos de renovación?
Justamente ahora estamos renovando parte de la casa.. y así comienza. A mí me encanta la madera, y en mi casa la encuentras por todas partes, en el techo, en el piso, etc. Del resto de los arreglos se encarga mi esposa.  Ana Lucía Varas trabaja en el negocio familiar. Tiene con su hijo una empresa de venta de purificadores de agua y aire a base de ozono, desde la que atienden tanto a hogares como a clínicas y hospitales.

¿Cómo fueron los primeros años de vida en Samborondón?
En esa época era desolado, no tenía las avenidas que tiene ahora pero se pobló muy rápido.

El trabajo de mi esposo se desarrolló en esta zona, en las ciudadelas del entorno, por lo que fue cómodo vivir aquí. Nos acostumbramos sin ningún problema y disfrutamos mucho de esta casa y esta zona.
¿Cómo fue la vida los primeros años?
Yo no quería mudarme acá. Nosotros vivíamos en el Sur, muy cerca del Colegio La Inmaculada, y mi idea era mudarnos a Urdesa, porque ahí vivían todas mis amigas. Nunca llegamos a Urdesa, vinimos directamente a Samborondón por la coyuntura de trabajo de Raúl. Hemos aguantado los martilleos de todas las casas del entorno, hemos visto el paso a paso del desarrollo de la zona, porque esta es la segunda ciudadela que se hizo en el sector.
¿Qué beneficios tiene vivir aquí?
La ventaja más importante es la seguridad, aunque últimamente la delincuencia se ha incrementado notablemente y habrá que tomar medidas para evitar que ese factor afecte el estilo de vida que tenemos acá. Hace pocos años no importaba si te olvidabas de cerrar las puertas en la noche, ahora es fundamental revisar que todo esté cerrado.
¿Se mudaría a otro lugar por esa razón?
No. Yo creo que el problema de la seguridad no es exclusivo de Samborondón, es un mal que afecta al país y al mundo. Por suerte la seguridad fue idónea mientras mis hijos crecían. Ellos podían jugar libremente sin temor, y eso es lo que debemos lograr para nuestros nietos.
¿Samborondón tiene todos los servicios?
Conforme se poblaron todas las urbanizaciones, también se dio el aparecimiento de todos los servicios. Bancos, centros comerciales, colegios, universidades, hospitales, teatro, restaurantes, etc. Realmente no hay razón para salir de Samborondón, aquí encuentras todo en calidad, cantidad y variedad. Pero, paralelamente, tenemos un tráfico infernal que molesta. Hay solamente una vía de comunicación con Guayaquil y eso es un problema. La otra opción es la Vía Permetral, pero es bastante peligrosa.
¿Es ese uno de los riesgos del desarrollo?
Así es, pero para darte una idea, antes me tomaba siete minutos llegar a mi oficina que queda frente al Policentro. Ahora, si salgo de casa a las 9:30 a.m., que no es considerada hora pico, ese mismo trayecto ahora lo hago en una hora 10 minutos. Pero no pienso salir de Samborondón. Me afecta tanto el tráfico que probablemente lo que haré es comprar oficinas en algún lugar de la zona, podría ser en el nuevo Business Center.
¿Qué es lo que más le gusta de vivir en  Samborondón?
Es un lugar muy bonito, es nuevo, tiene todas las facilidades para el día a día. Es fabuloso vivir aquí, ya no es necesario ir a Guayaquil para hacer compras o por entretenimiento, aquí hay espacios para diversión familiar, eventos culturales, y una gran variedad de restaurantes que no hay en otros sectores.