LA ESENCIA DE LO ABSTRACTO 

Por: Alegría Guarderas 

Formas abstractas, colores profundos, trazos con movimiento y proporciones asimétricas, son las principales características de las pinturas de esta extraordinaria artista. Carismática, espontánea y soñadora, Mariella abrió las puertas de su hogar a CLAVE! para contarnos sobre su trayectoria en el extraordinario mundo del arte.  

Su forma de ser es definida por efímeras pinceladas contrarrestadas por pintura en acción, intervenciones en objetos inesperados y resiliencia en temas trascendentales. 

De manera autodidacta inició su formación a los 23 años, experimentando a través de ensayo y error en su taller, y con el tiempo fue afinando y explorando nuevas técnicas. Oficialmente mantuvo el apoyo formal de dos reconocidos artistas ecuatorianos, Patricio Ochoa y Antonio Arias, pero su real aprendizaje fue en sus largas horas de pruebas. 

Mariella posee el don de convertir en arte todo lo que toca con sus manos. Para ella, cualquier superficie es un mundo de infinitas posibilidades para crear. Su pasión es el arte, no puede vivir sin él. Sus obras son fruto de su inquietante curiosidad e inconfundible manera de explayar emociones sobre todo aquello que se pueda imaginar, sea lienzo, madera, vidrio o metal.  

Cada pintura representa una sublime realidad y transmite un mensaje único. La artista se destaca por otorgar texturas de diferente espesor y volumen a sus obras, acentuando profundidades y consiguiendo efectos de alto y bajo relieve. Una de sus técnicas favoritas es dar apariencia de cuero al lienzo, para luego pintarlo. Los resultados son asombrosos. 

Su estilo es el expresionismo abstracto. Le gusta plasmar situaciones intangibles y conceptos psicológicos. Así expresa su personalidad, sus sentimientos, pero sobre todo su espontaneidad y autenticidad, a través de variedad de formas y colores.   

“Me encanta ser yo, me encanta transmitir pasión, emoción e intensidad. El arte abstracto me da libertad de hacer lo que yo quiera”, asegura. 

Se identifica con el pintor americano Jackson Pollock, reconocido por ser el máximo representante y referente del expresionismo abstracto, de quien Mariella admira la fuerza que posee cada uno de sus cuadros.  

Por otro lado, emplea técnicas de constructivismo, en el que intervienen formas y figuras geométricas, que dan un efecto de dinamismo y múltiples dimensiones a los cuadros, pero al mismo tiempo conservan un aire abstracto.  

Mariella además realiza arte utilitario y le entusiasma reciclar. Su catálogo contempla esculto-pinturas, muebles y diseño de calzado, a los cuales les adiciona un toque final muy especial. Utiliza un sinnúmero de objetos reusados, principalmente botones, cuerdas, vidrios, cualquier cosa que la artista pueda imaginar y que haya guardado en el pasado.  

“El principio del reciclaje es fundamental. Generalmente desechamos cosas sin necesidad. A mí me gusta reciclarlas, darles otro uso e incorporarlas en mis creaciones”, comenta.  

El azul del océano define muchos de sus cuadros. Este color ha influenciado la vida de Mariella debido a que creció cerca del mar caribe. Por eso, a la hora de elegir colores, éste en particular siempre está presente, aunque por supuesto no es el único. Tiene un exquisito gusto para fusionar tonalidades y crear intensos contrastes. De hecho, tiene una frase que la describe a la perfección. “Hay colores que me atrapan y no los puedo soltar”. 

Antes de pintar mantiene un momento íntimo y personal. Comienza por crear una agradable atmosfera a través del uso de velas aromáticas y música relajante. Posteriormente, procede a realizar una meditación, durante la cual aclara sus pensamientos, organiza ideas, y se llena de inspiración.  

Una vez que la obra inicia su curso, lleva a Mariella en direcciones y caminos inesperados. Para ella en el arte nada debe ser rígido, y cuando pinta, el tiempo no existe. Además, comenta que el propio cuadro es el que la va guiando durante la etapa de creación. “Cuando me conecto, la obra me pide lo que quiere que haga”.   

El espectador es parte importante en el proceso. Su objetivo es tocar a quien descubre su arte, logrando que esa persona tenga diferentes reacciones y sensaciones.  

En cuanto a la decoración, sostiene que “menos es más”, y que el arte desempeña un factor imperativo. No le gustan las decoraciones recargadas, más bien se inclina por crear espacios que tengan armonía y concordancia, pero que estén siempre llenos de vida, al igual que ella.  

Al entrar a su casa pudimos cómodamente involucrarnos en un ambiente cálido, decorado al propio gusto de Mariella. Cada rincón tiene su firma y refleja su personalidad. La mayoría de muebles, obras de arte y objetos decorativos son de su autoría, y fueron cuidadosamente colocados para convertir a su hogar en una galería moderna. De hecho, su vivienda es el principal showroom donde exhibe sus creaciones.  

“Soy muy inquieta. Siempre estoy buscando algo que decorar y arreglar”, comenta. 

Tiene un cuadro en particular que se distingue del resto. Representa a sus dos hijos, Daniel y Andrés, quienes son su motor y fuente de inspiración. “La admiración que siento por ellos me inspira a pintar. Mis hijos forman una pieza importante en este rompecabezas del arte porque me motivan a continuar”.  

Su hogar es su centro, donde se siente más a gusto, y donde obtiene una lluvia de ideas con las cuales crea arte sin parar. “Mi casa es mi templo, es mi taller, y cada cuadro que tengo expuesto recupera una época de mi vida, me recuerda una experiencia, y una emoción. Para mí, eso es magia”. Para ella, la función de un cuadro no es únicamente decorativa, sino además debe transmitir sensaciones.  

Su última colección titulada, “Nankurunaisa”, contempla 10 cubos flotantes suspendidos en una base, cada una de sus caras representando figuras poderosas, simbolizadas por el mar, la mujer, la fecundidad, la vida, y por líneas perfectamente geométricas que son yuxtapuestas al movimiento. El formato de esta serie de obras es dinámico porque permite cambiar la cara del cubo, coincidiendo con el estado de ánimo.  

“Fue inspirada en la mujer atrevida, aquella que cree de manera positiva en sus habilidades, aquella que lucha con pasión frente a las adversidades, aquella que se levanta cada día con optimismo para continuar proyectando un futuro equilibrado para si y su entorno, y con la convicción de que la entereza del alma va más allá de la resistencia, porque ‘con el tiempo se arregla todo’.”  

Esta profunda expresión de origen japonés que significa “Nunca olvides quién eres y vive por hoy y por el mañana, que jamás se te olvide sonreír, y por terrible que haya sido tu día, recuerda que el próximo el sol te recibirá con una gran sonrisa, tú haz lo mismo”, es un mantra para Mariella, quien la aplica en todos los aspectos de su vida.   

En Quito ha impulsado su trabajo a través de importantes exposiciones, entre las cuales destaca la exhibición colectiva que llevó a cabo en la imponente sala Benjamín Carrión en la Casa de la Cultura; y, la exposición individual que realizó en el Palacio de Cristal en Itchimbia. Además, la artista ha participado en varios espacios culturales. 

También promociona su trabajo a través de su página de Instagram @mguennidesigns y Facebook @obrasdemariellaguenni, donde expone un amplia recopilación de todas sus obras, y donde se puede cotizar y solicitarlas.  

Apasionada por la vida, Mariella es una mujer que brilla con luz propia e irradia felicidad a quienes la rodean. El arte recorre por sus venas, cada pincelada que realiza resalta su ingenio y creatividad; pero sobre todo es su fortaleza y valentía lo que nos trasmite emociones inesperadas.