Mayo 2021

Han transcurrido diez meses desde la última vez que firmé esta página, meses durante los cuales Mercedes se hizo cargo del 100% de la gestión en CLAVE!. Con la pasión que le caracteriza, y superándose a sí misma, enfrentó el reto más duro de nuestros trece años de historia. Mi altísimo reconocimiento a ella por hacerlo tan extraordinariamente bien que mi ausencia fue imperceptible para nuestros lectores y anunciantes.

Hasta el día de hoy muchos me preguntan porqué decidí aceptar la propuesta de un presidente desgastado ante la opinión pública, para ocupar la Secretaría General de Comunicación. Todavía me hago la misma pregunta en mis noches de silencio. Salir de mi zona cómoda para poner mi capital reputacional en riesgo no era lógico, y aun no sé si fue acertado, o si lo que perdí fue más que aquello que gané.

De lo que sí estoy segura es que siento absoluta satisfacción de haber entregado mi esfuerzo para trabajar con un Presidente que es reconocido a lo largo y ancho del país por “no haber hecho nada” durante su gestión. Lo hice a pesar de que ese nunca ha sido mi proyecto político.

Sí. Trabajé para un Presidente que no hizo nada por coartar nuestra libertad de expresión. No hizo nada por meter su mano en la justicia, ni por interferir en asuntos que competen a otras funciones del Estado. Tampoco hizo nada por atentar contra la democracia o perpetuarse en el poder. No expulsó del país a embajadores ni a representantes de organismos internacionales, no amenazó a nadie ni encarceló a ciudadanos comunes que discreparon con él. No, no hizo nada de eso…

Trabajé para un Presidente que tuvo el valor de tomar decisiones impopulares porque eran las correctas, aguantando insultos constantemente, pero que al hacerlo fortaleció la dolarización y nos llevó por el sendero de la transformación. Hombro a hombro, día y noche, trabajé como nunca antes por un objetivo que no es reconocido en el presente, pero trazó un futuro que será valorado con el tiempo. Ese Presidente que cedió en octubre de 2019 para que retorne la paz al país, cambió nuestro destino. Sí, trabajé para un Presidente a quien los corruptos, presos y prófugos llaman traidor, y que, gracias a esa traición, Ecuador no es Venezuela.

Me quedan un cúmulo de experiencias, unas duras y otras gratas, que se suman a un valioso aprendizaje de lo que es el interior de la vida política. Mil gracias a ustedes, mis amigos de siempre, por su apoyo y valiosas críticas expresadas a través de mensajes privados. También agradezco a mis nuevos enemigos, a quienes no conozco personalmente y manifestaron su descontento públicamente, por mostrarme una cara de la sociedad que desconocía.

Hay mucho por hacer, y cada uno tiene su dosis de responsabilidad en el mañana. Ecuador nos necesita a todos. Es el momento de la verdad. Guillermo Lasso, el Presidente que a Dios gracias elegimos, no podrá hacerlo solo. Nadie puede hacerlo solo. Llegó la hora de entender que el éxito de un gobernante solo es tan grande como la suma de los éxitos de cada habitante del país. Y esos somos nosotros.

Vuelvo a CLAVE con la intención de dar más que siempre. Mercedes y yo estamos dispuestas a entregarnos renovadas y fortalecidas para trabajar con ustedes por la reactivación del país. Los cimientos de esa reactivación están en el sector de la construcción, de eso no hay duda, y a pesar de las circunstancias adversas, juntos encontraremos el camino para superar los escollos.

Lo haremos por el país, por las futuras generaciones, por nuestros anunciantes y lectores, con la ilusión de saber que pronto un nuevo sol alumbrará nuestros días.