Por Caridad Vela

Con una ráfaga de fuegos pirotécnicos -a pesar de estar prohibidos- hace un mes recibimos el año nuevo. Sociedad rebelde, dirán algunos. Autoridades sin poder de gestión, dirán otros. Y habrá quienes opinen que cada uno es, efectivamente, cada uno, y en uso de esa individualidad hizo lo que le vino en gana.

Estamos en febrero y la ola de contagios vista en enero prueba que nos cuidamos mientras las precauciones no interfieran con nuestras intenciones, y que estamos hartos de vivir con limitaciones. A pesar de todos los esfuerzos del gobierno, alcanzaremos la inmunidad de rebaño gracias a la desobediencia. Bien dicen que el fin justifica los medios.

Y así vamos cabalgando a lomos de un virus que tiene más mutaciones de las que podremos recordar. Pronto solo vivirá en nuestra memoria. Será parte de una historia que paralizó al mundo y golpeó a todas las sociedades democráticamente, sin discriminación alguna, hasta que se debilitó y perdió credibilidad. Abrirá debates sobre la eficiencia de las vacunas y los oscuros intereses controladores de las potencias mundiales, provocará cientos de mesas de discusión cuyas conclusiones quedarán en el papel, pero a nivel personal, que es al final lo que trasciende, deja una estela repleta de lecciones.

Una de ellas, la más importante tal vez, es verificar que mientras más fuerte es la amenaza, más fuerte debe ser la voluntad de vencerla. No hay opción. Vencer o morir. Si bien el capítulo pandémico no ha sido superado, está claro que quienes no perdieron un segundo en reactivarse son ahora los más fortalecidos y prevalecerán en el largo plazo, a pesar de que las cifras macroeconómicas aun no lo reflejen.

El sector de la construcción está en la parte alta de la depuración de las especies de esto que podríamos llamar un orden de darwinismo económico. Berracos empresarios que crearon su propio modelo de contingencia para enfrentar la adversidad, lo depuraron y lo compartieron con sus congéneres para provocar un encadenamiento positivo de regreso a la normalidad. Bien por ustedes! Bien por todos los que tenemos el privilegio de pisar sus huellas.

Esta es la primera edición de un año que nos recibe renovados, sin miedos, y nos impone nuevos retos y emocionantes desafíos. Estamos mejor equipados, muy motivados y andamos con hambres atrasadas. CLAVE impulsará con mayor creatividad todo cuanto sucede en el sector inmobiliario, continuará asesorando a sus lectores con valiosa información, y presentará tres ferias de vivienda para hacer realidad el más grande sueño de todo ser humano: tener vivienda propia.

El contenido en estas páginas es prueba de nuestro eterno compromiso con ustedes, nuestros lectores y anunciantes. Gracias por confiar en el trabajo que hacemos.