Por: Victoria Chiriboga

* Para más información visita Upcyclemind.com

El turismo es la oportunidad que todo viajero tiene para sumergirse en una cultura, ya sea propia o ajena, y de conectarse de una manera única con el lugar que visita. Cada experiencia despierta una nueva sensación en la gente, que al terminar su visita, se lleva un poco de ese lugar en un recuerdo eterno.

La actividad turística sostiene muchas economías y promueve la conservación, más aun en un país como el nuestro, donde la belleza natural y su historia invitan a visitantes de todas partes del mundo. Sin embargo, la repercusión del turismo también tiene su lado oscuro, y costoso.

Pocas veces nos detenemos a pensar cuál es el efecto que tiene nuestro paso por un determinado sitio. ¿Qué es lo que dejamos atrás? Esa reflexión es sumamente importante. ¿Qué impacto queremos causar? La respuesta está en nuestra manos y en la capacidad que tengamos para asimilar filosofías tan simples y básicas como las que propone ZeroWaste.

Turismo zero-waste

Ser turistas responsables va de la mano con estar conscientes del impacto que causamos. Si bien el turismo ambiental ha logrado crear un mayor entendimiento sobre la importancia del tema, siempre podemos hacer más.

El nuevo concepto de eco-turismo es el Turismo zero-waste, o cero desperdicio, que es una novedosa rama del movimiento ambientalista donde cada persona, a nivel individual, se convierte en un activista. Esto se logra simplemente reduciendo el consumo de plástico en los viajes que realizamos, y generando menos desperdicios no reciclables.

La idea principal de este movimiento es crear un estilo de vida de viajero de bajo impacto ambiental, racionalizando la visión del ser humano y enfocándola hacia uno de los problemas más grandes que enfrentamos en la actualidad: el exceso de basura que producimos.

El concepto de zero-waste es una expresión de simplicidad y minimalismo en nuestro diario vivir, que obviamente provocará un cambio positivo en el concepto de comodidad que tenemos, porque estaremos conscientes del impacto que generamos. Ese cambio es necesario, porque si no actuamos ahora, inevitablemente dejaremos de disfrutar la comodidad que tenemos.

El proceso para materializar la idea principal empieza con el aprendizaje. Debemos dejar atrás la actitud de desconocer cuánta basura generamos, pues es inaudito no saber cuánto desperdicio causamos, o a dónde va lo que desechamos. Para entender de qué manera podemos reducir nuestro desperdicio, que como consecuencia reducirá nuestro impacto ambiental, el primer paso es conocer de cuánta basura somos responsables. A partir de ahí podremos determinar las mejores alternativas de acción, teniendo como objetivo minimizar la cantidad de desperdicio.

El movimiento zero-waste considera que más importante que reciclar es aprender a reducir. Upcyclemind.com, un blog dedicado a promover este estilo de vida, explica de una manera bastante simple cómo podemos vivir siendo más sustentables y generando menos desperdicios. El turista debe pensar que lo importante no es solamente conservar su propio hábitat, sino el mundo entero y todos los lugares que en él visita, porque en realidad ese es el hábitat del ser humano.

Re-usar

Los cinco pilares que sostiene la filosofía zero-waste, son: Rechazar, Reducir, Reusar, Degradar y Reciclar; y es importante aplicarlos en ese orden, porque establecerlos con esa prioridad nos permitirá alcanzar el anhelado objetivo de transformarnos en comunidades de viajeros que no producen desperdicios.

Todo inicia con cambiar nuestro estilo de vida, porque así cambiaremos nuestra forma de viajar. Si somos personas conscientes seremos viajeros conscientes, y haremos turismo de bajo impacto. Cada viaje es una oportunidad perfecta para, conscientemente, lograr que el placer de conocer nuevos lugares genere cambios positivos.

Es fundamental regresar a la ciudad con la basura que hemos generado

El turismo pone muchísima presión sobre los sistemas básicos del entorno. En la mayoría de casos, el ecosistema sufre varios cambios sociales y ecológicos para satisfacer las necesidades de los visitantes; ya sea por alimentación, transporte, agua, etc.

¿Qué hacer para no afectar más esos maravillosos entornos? Sea cual fuere nuestro destino: montaña, playa o lago; una aventura de rafting o caminata por la selva; es fundamental regresar a la ciudad con la basura que hemos generado. La razón es simple, las ciudades tienen la infraestructura adecuada para procesar basura, y por esta razón, nuestros desechos causarán menos impacto que si pretendemos desaparecerlos en el mar, el río o la selva.

Otro paso en la dirección correcta es tener en cuenta en qué están empacados los productos que consumimos. El plástico está diseñado para durar eternamente, es imposible que se degrade en la tierra o el agua; es sumamente peligroso para el balance de todos los ecosistemas naturales, y lastimosamente es uno de los principales materiales usados en envolturas o empaques de comida. Con el paso del tiempo, los químicos utilizados en la fabricación de empaques se filtran hasta terminar dentro de las cadenas de producción alimenticias, y eventualmente regresarán al organismo de todo cuanto tiene vida en este planeta, incluido el ser humano, afectándolo de manera irreversible.

El viajero inteligente no lleva alimentos empacados a sus aventuras turísticas, en primer lugar porque está consciente del efecto que desechar esos empaques tendrá en el ecosistema, pero además, porque uno de sus objetivos al viajar es conocer la comida orgánica, fresca y local del lugar que visita, para vivir una experiencia completa.

Mantener inalterado el entorno de los lugares que visitamos, y dejar intactos sus ecosistemas, depende solamente de que seamos conscientes de nuestras acciones, y de las consecuencias –buenas o malas- que esas acciones tendrán. Al fin y al cabo, su belleza natural es la razón por la que los visitamos, y ese privilegio lo deben tener las generaciones venideras.

TIPS PARA EL VIAJERO ZERO-WASTE

  1. Rechaza objetos de uso único o materiales no degradables como el plástico
  2. Reducir la cantidad de cosas que consumes, comprar solo lo necesario
  3. Re-usar todo lo que tenemos extiende la vida y utilidad de los materiales
  4. Reciclar lo que no se puede rechazar, reducir, reusar o descomponer
  5. Los desperdicios orgánicos pueden volver a la tierra para hacerla más rica