Salinas, el punto de partida de la Ruta del Sol y uno de los balnearios más famosos y antiguos de Ecuador, es el lugar predilecto de familias y amigos para vacaciones llenas de sol, olas y diversión.

Se encuentra en la costa del país, a 130km de Guayaquil y a 560km de Quito aproximadamente, en la provincia de Santa Elena. Sus 15km de extensión acogen una amplia gama de opciones para visitantes, entre las cuales hay actividades deportivas, de entretenimiento, ecoturismo y una amplia oferta gastronómica.

Para los amantes del turismo deportivo Salinas es el destino ideal, por ser sede de reconocidos campeonatos de tenis, pesca, surf, y los clásicos fútbol y volley playero. En el mar se disfrutan varias actividades acuáticas, como buceo, velerismo, snorkel, motos de agua y boyas acuáticas.

Requisito indispensable en todo paseo es la diversidad gastronómica, y en Salinas se encuentran todas las delicias costeñas con las que soñamos a la distancia. Cangrejos, langostinos, camarones apanados, ceviches, pescado, verde en todas sus preparaciones y una variedad de mariscos miman paladares con sabores frescos, recién sacados del mar, que son un manjar para todos, pero sobre todo para quienes no viven en la zona.

La ciudad tiene infraestructura hotelera apta para todo tipo de presupuesto y ofrece varios establecimientos nocturnos para entretenimiento. Bares, discotecas y karaokes están al paso de quienes buscan disfrutar de alegres noches.

En esta aclamada ciudad costera se encuentra un paisaje citadino que está muy cercano a otro radicalmente diferente, donde el contacto con la naturaleza es lo que predomina. A pocos minutos de distancia se encuentra la reserva marino costera ubicada en la Puntilla de Salinas, con tres puntos principales que están unidos por senderos para el deleite del visitante.

El Morro

Empezando en la parte alta de Cerro El Morro está un mirador equipado con binoculares, para avistar desde lo lejos el perfil costanero desarrollado de Salinas, mientras que al lado opuesto está la desolada playa que recibe a Mar Bravo. La vista es uno de los mejores atributos que tiene este punto, pues abarca incluso la Chocolatera y la Lobería, que son los dos lugares más visitados en la Puntilla de Salinas. Los senderos se pueden recorrer en auto, a pie o en bicicleta, y su acceso es gratuito.

El Morro también es el lugar ideal para conocer más sobre las aves playeras. Alrededor de 30 distintas especies habitan la zona, siendo una de las más comunes la cigüeñuela. También se dispone de un centro con información sobre la flora y la fauna de esta reserva marino costera.

La Chocolatera

Uno de los principales atractivos para los visitantes de Salinas es la Chocolatera, la punta más saliente del país, ubicada en la Base Naval de Salinas. Es el punto de unión de dos corrientes marinas donde las olas chocan con fuerza contra las rocas, provocando que el agua cambie ligeramente de color al mezclarse con la arena del fondo, hasta adquirir un tono chocolate, y de ahí su nombre.

La fuerza del mar se deja sentir mientras los senderos que ofrece este paraje turístico nos llevan por diferentes rutas. Desde pequeños miradores admiramos la fuerza de las olas al reventar contra las rocas, salpicando por todas partes su intensidad. Es ideal para los amantes de aventura y naturaleza. Uno de los atractivos principales es observar las ballenas jorobadas, que se las encuentra con mayor frecuencia entre julio y septiembre, avistamiento que puede hacerse desde botes o tierra firme, pues las ballenas suelen estar a pocos kilómetros de la costa.

Por la variedad de peces que ofrece, uno de sus atractivos es el buceo; y por su oleaje, el surf es práctica común. La fuerza que tiene el mar en esta playa obliga a que los nadadores tomen las precauciones necesarias cada vez que buscan disfrutarla.

La Lobería

La Lobería es otro de los puntos más admirados por chicos y grandes pues es el hogar de una gran colonia de lobos marinos. El mirador está hecho de tal forma que el ser humano estará lo más cerca posible de la colonia, sin pisar la misma roca o invadir su espacio, lo cual es un acierto, pues parte de la razón por la que los lobos marinos regresan a este punto es porque las personas no irrumpen en su hábitat.

Los binoculares ubicados en el mirador dejan ver en detalle a estos hermosos animales, en su mayoría machos, que descansan tomando sol mientras recuperan sus fuerzas; actitud similar a la de quienes visitamos sus playas en el feriado, pues recuperamos fuerzas mientras disfrutamos del ocio y el esparcimiento.