Por: Fanny Lilyana Merchán

Sencillez, calidez, entusiasmo y pasión para enfrentar grandes retos son las principales características que resaltan en Santiago, joven quiteño que ha hecho de Guayaquil su segunda casa, pues es precisamente en esta ciudad donde comienza un nuevo rumbo profesional.

En el kilómetro cinco de la vía Samborondón nos encontramos con un conjunto residencial de pequeñas pero muy confortables suites: The Block. El personal de seguridad nos recibe con amabilidad, y tras presentar nuestra respectiva identificación, nos señala la ruta a seguir. Un amplio estacionamiento y el lobby de ingreso son los escenarios que disfrutamos antes de tocar la puerta de la suite de Santiago Borja Pérez.

Tras pocos segundos de espera nos invita a pasar. Al entrar llama la atención la luminosidad del lugar. A través de grandes ventanales penetra la claridad necesaria para sentirnos muy a gusto. En el comedor, al calor de un café preparado por Santiago, nos disponemos a conversar sobre su nuevo hogar, la ciudad que ahora lo acoge, y su estilo de vida frente a los nuevos retos que la vida le ha puesto por delante.

Santiago se instaló en Guayaquil hace cuatro meses, impulsado por una decisión netamente laboral. En Quito dejó a su familia, novia y amigos, y empacó lo necesario para dar un giro a su vida. Encontrar el que sería su nuevo hogar no fue una tarea difícil gracias a que recibió varias recomendaciones. “Antes de mudarme conversé con mis amigos que viven en Guayaquil, y destacaron la seguridad que de vivir en Samborondón, la accesibilidad a los varios servicios que hay en la zona, y la cercanía con establecimientos de toda índole. En realidad creo que tuve la suerte de encontrar un lugar acorde a mi personalidad… siempre quise que mi cambio de residencia me permitiera estar cerca de todo y esto me tiene muy contento”.

Según él, la suite en la que vive mantiene las características más importantes que había subrayado en su lista de requisitos: seguridad, buena ubicación y comodidad en un ambiente amigable. “Ahora que vivo solo podría decir con certeza que este lugar cumple con mis expectativas. Básicamente es lo que necesito y estoy feliz”. Esto es evidente, su sonrisa lo delata.

Abierto, cómodo y con una tranquilidad que invita a la meditación, Santiago confiesa que se siente como en casa, y eso no es algo que se consigue fácilmente, más aún con pocos meses de asentamiento en una ciudad que solo había visitado por pocos días. “Este espacio ya es mi hogar, definitivamente. Me falta mucho para adecuarlo e imprimirle mis gustos, me tomará un poco más de tiempo pero ya lo tengo pensado y voy a realizarlo con mucha calma. La tendencia será algo minimalista y sencilla, pero realmente esa es parte de mi personalidad; así soy yo y consecuentemente así es mi casa”.

Una particularidad de The Block es que es un condominio donde habita gente muy joven y amigable. “Se disfruta la tranquilidad. No miento cuando digo que aquí he encontrado mucha paz y calma, es mi refugio, mi nuevo refugio”.

Con un ritmo de vida agitado, su jornada comienza muy temprano. Su despertador suena a las 05h00 de la mañana y destina la siguiente hora para ejercitarse alternando el gimnasio con trotar y andar en bicicleta. Su prioridad es mantenerse en buen estado físico por salud y bienestar. Tras el desayuno, su vida laboral ocupa las siguientes horas sin descanso, pues es el Gerente General de Cabify, una empresa española que por medio de una aplicación móvil busca mejorar la solución de movilidad en ciudades como Quito y Guayaquil.

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Santiago se graduó con honores en Economía en la St. Thomas University en Canadá, y tiene una Maestría en Management, con especialización en Marketing y Ventas, otorgado por el IE Business School de Madrid. Con esos excelentes antecedentes académicos nos explica que Cabify “es el medio de conexión entre un cliente y un conductor privado, y presenta tres grandes características diferenciadoras: excelencia en el servicio, seguridad garantizada y precios competitivos”.

Cabify está consolidado en España, Portugal, México, Panamá, Colombia, Chile, Perú, Brasil, y hace 4 meses inició sus operaciones en Ecuador. Funciona a través de una aplicación en el teléfono celular que permite desde contratar el servicio, conocer al conductor asignado, su vehículo y calificaciones, realizar reservas y hacer el pago con tarjeta de crédito, hasta observar y compartir la ruta que transita con otros amigos.

Santiago enfrenta el reto de cumplir el objetivo de llegar a la mayor cantidad de clientes posibles, e indica que su target son aquellas personas que quieren tener traslados cómodos, seguros y sin contratiempos. Actualmente Cabify Ecuador está en la etapa de expansión, y aunque no da cifras concretas, el despunte señala un 25% por semana, lo cual ratifica la aceptación y apertura del ecuatoriano ante esta nueva alternativa de movilización urbana.

“Nuestra idea es tener tantas unidades como sea posible para que cuando el cliente solicite nuestro servicio, éste no tarde más de cinco minutos en llegar a la dirección indicada.”

Su jornada de trabajo termina alrededor de las 19h00, y de ahí en adelante se dedica a su siguiente actividad, que es algo en donde no se considera un experto, pero sí un gran aprendiz: la gastronomía.

Al preguntarle qué tan buena es su sazón señala que nunca se morirá de hambre, pues si bien es cierto que su menú no es parecido al de las grandes cadenas de restaurantes, él se defiende con lo primordial y a su manera. “Me gusta preparar carne, pollo, pastas, ensaladas. Intento ser lo más sano posible pero también peco un poquito los fines de semana porque me place comer una enorme pizza. Cuando llego muy cansado preparo cosas sencillas. Una pasta, un sánduche, o algo básico como pollo a la plancha con ensalada. Cuando tengo más tiempo busco una buena receta y hago lo que se puede”.

Siendo muy serio en cuanto a su compromiso profesional, su juventud no le quita personalidad, al contrario, la enfatiza. Lo notamos relajado, contento, enfocado en lo que le gusta y claro en sus ideas. Su vida social no es diferente a la que mantenía en Quito, donde suele viajar al menos una vez al mes, pues continúa disfrutando ocasionalmente de reuniones en casa junto a sus amigos, con los cuales comparte una de sus grandes aficiones: los deportes.

“Todo depende del día, pero me encanta llegar de la oficina y tumbarme en el sofá de la sala para disfrutar cuando hay fútbol por TV. Los fines de semana normalmente nos reunimos con amigos en varios lugares, entre ellos República de la Cerveza, ubicado en Village Plaza en Samborondón, que tiene un ambiente relajado y divertido”.

Su estancia en Guayaquil es indefinida. “Guayaquil es mi nueva ciudad, la gente es muy amable, muy cálida, el clima es un poco variable pero me he adaptado baste bien al calor. Lo mejor es tener la playa cerca; en menos de dos horas estoy frente al mar”.