Por: Caridad Vela
Marzo – abril, 2013
 

Cerca de $10 millones se destinarán a recuperaciones tanto públicas como privadas en Guayaquil. Hemos incluido viviendas privadas que son testimonios históricos y merecen ser recuperados.

María Belén Moncayo, Ministra de Patrimonio

 

La recuperación de edificaciones históricas, pertecientes a nuestro patrimonio cultural, es uno de los retos que el actual gobierno se ha impuesto ejecutar. El ministerio de Patrimonio opera desde el antiguo Hospital Eugenio Espejo, emblemático lugar cuya construcción data de hace más de un siglo. La obra, de estilo neoclásico-ecléctico, tuvo su primera piedra en 1907 y fue finalmente inaugurado en 1933. Hoy es un funcional centro de convenciones.

En este impactante entorno se encuentran las oficinas de María Belén Moncayo, Ministra de Patrimonio, quien tiene entre sus manos la responsabilidad de ejecutar un proyecto de recuperación de varias edificaciones públicas y privadas en Guayaquil. Bajo el entendimiento de las realidades guayaquileñas de uso de suelo, nos explica detalladamente lo que involucra este proceso de recuperación.

¿A cuánto asciende el presupuesto para recuperación de bienes patrimoniales en Guayaquil?
En total son cerca de $10 millones que se destinarán a recuperaciones tanto públicas como privadas, porque no sólo hemos pensado en inmuebles que pertenecen al Gobierno, sino que hemos incluido también viviendas privadas, que son testimonios históricos y merecen ser recuperados.

El Roble, Barrio Las Peñas

Casa Gabela, Barrio Las Peñas

¿Cómo se definieron las edificaciones que serán recuperadas?
Existe una positiva complementariedad de usos de suelo muy interesantes, donde comercios y residencias comparten espacios alrededor de representaciones simbólicas, como por ejemplo el Malecón del Río Guayas. Los grandes edificios evidenciaron siempre los poderes económicos, en contraste con el Barrio Las Peñas que estuvo descuidado y deteriorado. La recuperación del Malecón marcó su época como modelo de innovación en términos urbanos, con la obvia consecuencia de recuperación en el lado más visible del Barrio Las Peñas.
¿Este es el punto de partida para la nueva inversión en recuperación?
Nuestra intención es marcar una nueva época, iniciando un proceso sostenible, a partir del eje patrimonial de Guayaquil. La estrategia aplicada en la transformación de Las Peñas nos hace pensar en términos no tan positivos sobre la sostenibilidad del proceso.
¿Por qué razón?
Lo que se había conceptualizado como un espacio para la cultura, las artes, el intercambio y las representaciones simbólicas, no se logró. El propósito era acertado, hay una importante visibilidad de los temas patrimoniales en la política municipal, que de alguna manera se evidencia en Las Peñas, pero no se pensó en la sostenibilidad del proceso.
¿Qué faltó?
Marcar una ruta de entendimiento, no solamente dentro del contexto de lo edificado o monumental, sino extendiéndolo hasta convertirse en un eje de desarrollo económico y social.
¿Qué estrategias se aplicarán para lograrlo?
Un cambio de visión con estrategias asociadas a los modelos de gestión, y a la identificación de los usos que daremos a los inmuebles, a los monumentos y a esos espacios públicos recuperados. La recuperación trasciende lo material hasta llegar al intangible. Cuando un edificio histórico –patrimonio tangible- se deteriora a tal grado que se piensa en derrocarlo, no solamente es complejo en términos de gestión urbana, sino que deja un vacío en la memoria comunitaria –patrimonio intangible-. Debemos buscar el punto de encuentro entre lo material y lo simbólico, pero sobre todo, gestionar la sostenibilidad que tendrá el impacto de recuperación de las edificaciones a través del tiempo.
¿Qué nivel de impacto tendrán estas recuperaciones en la ciudad?
El modelo que se ha delineado permitirá que esas recuperaciones amplifiquen sus impactos, porque se constituirán en ejes dinamizadores de los desarrollos sociales y económicos.

El Roble, Barrio Las Peñas

Suena bien. ¿Un ejemplo?
En el eje del Malecón estamos haciendo una recuperación importantísima del Edificio de la Gobernación que arquitectónicamente es fantástico. Es una edificación con gran valor histórico en la que instalaremos la Primera Universidad de las Artes que tendrá Ecuador. De esta forma maximizamos el potencial que la inversión del Gobierno Nacional tiene en la recuperación del patrimonio, y amplificamos el impacto a todo el eje conformado detrás de la Gobernación, incorporado para dar servicios a la educación. La clave está en la consecuencia que generan los usos de suelo y modelos de gestión que se implementan, sin mencionar el desarrollo que en términos urbanos se dará en el sector.
¿Cuándo estará lista la primera Universidad de las Artes en Guayaquil?
La cronología de la obra establece el mes de abril para que las instalaciones estén impecables. A la Gobernación le corresponde agilitar la mudanza del ala que todavía ocupa. A partir de ahí, el Ministerio de Cultura asume la responsabilidad del tema académico. El expediente está listo, lo está revisando el Consejo de Educación Superior, y el Consejo de Acreditación y Evaluación de la Calidad de Educación Superior. Con estos dos informes debe aprobarse la ley para autorizar su funcionamiento.
¿El Parque Histórico también será intervenido?
Los parques sin revitalización o animación quedan en el abandono. El Plan Estratégico incluye articular los patrimonios naturales con los patrimonios culturales, por lo que parte de este predio será utilizado para establecer la sede de otra universidad. El objetivo es definir usos sostenibles en el tiempo, y una complementariedad de vocaciones entre los patrimonios, que es otra de nuestras misiones.
El proyecto involucra recuperación de vivienda privada. ¿Cómo se ejecuta esta intervención?
Identificamos los conjuntos urbanos que tienen un alto valor patrimonial y analizamos su nivel de deterioro. Nuestro rol es justamente recuperar patrimonio en riesgo para volverlo funcional. Estas viviendas tienen niveles de uso y densidad altísimos, están casi saturadas, y es un fenómeno que se repite en las cerca de 60.000 viviendas patrimoniales en el país.
¿Cómo se define si una vivienda es “patrimonial”?
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural tiene un inventario con todas las viviendas registradas, producto de un estudio que se realizó en el país. Hay un agravamiento en el caso de Guayaquil, tiene un alto déficit de vivienda y asentamientos informales que han sido históricos. Se debe fundamentalmente a las posibilidades expansivas que tiene su geografía.
¿Estas viviendas están concentradas en el centro de Guayaquil?
La estrategia nos permite dedicarnos más allá de lo que involucra el centro de Guayaquil, para empezar a articular otros espacios históricos que tienen que ver con la época de la Colonia, la etapa de la República, hasta la arquitectura moderna que se desarrolló durante el auge económico de la ciudad, que ahora constituye patrimonio de la ciudad.
¿Qué edificaciones corresponden a la época de la Colonia?
La arquitectura colonial es muy poco visible en Guayaquil. Está representada básicamente en el Barrio Las Peñas, con edificaciones de estilo arquitectónico tradicional con toques navales. Su valor histórico radica en los ilustres personajes que vivieron ahí. Es emblemático por su antigüedad y posee un gran valor turístico y cultural. Se recuperarán 15 edificaciones, entre ellas, la Casa Marín, la Casa Arroyo, el Hotel del Río, la Casa Baquerizo y la Casa Arosemena.

Mansión del Río

Villa Pharos

¿Dónde está representada la etapa Republicana?
Abarca la zona centro. Eventos relacionados con el crecimiento de la ciudad en esa época le dan un valor histórico. La arquitectura es tradicional, y el gran reto es resaltar la imagen de estas edificaciones republicanas con el entorno de la nueva ciudad. Se intervendrá un total de nueve inmuebles.
¿Y las edificaciones modernas?
Están principalmente en dos zonas. Una en el Barrio Orellana, Parroquia Rocafuerte, que se conforma durante el período de la transición política y económica de los años 60. Su estilo arquitectónico es racionalista y permanece como ícono del primer barrio obrero tradicional, con sistemas constructivos de vanguardia. Aquí recuperaremos dos inmuebles. La otra zona es en la Parroquia Roca, donde se implanta el Centro de Vivienda del IESS que fue construido en el mismo también con arquitectura racionalista, y se constituyó en una de las primeras soluciones habitacionales modernas. La recuperación involucra al Bloque Sur donde hay 44 departamentos.

Debemos buscar el encuentro entre lo material y simbólico. Sobre todo, gestionar la sostenibilidad del impacto de la recuperación de las edificaciones a través del tiempo.

¿Cómo está asignado el presupuesto de $10 millones?
El Edificio de la Gobernación requiere del más grande porcentaje de lo presupuestado. La recuperación de vivienda privada es el segundo mayor rubro, y hay un monto destinado al nuevo sistema de señalética que estará articulada a rutas turísticas patrimoniales, involucrando hasta paseos en bicicleta para fomentar las visitas hacia estos lugares.
¿Cuánto se ha destinado para la recuperación de vivienda privada?
Lo presupuestado para el Barrio Las Peñas es de $70.670; para el Barrio Orellana se han asignado $38.503; para la Parroquia Roca $129.411; y para la Parroquia Rocafuerte son $11.403. Esto da un total de $249.989 del presupuesto total con lo que beneficiaremos a 85 familias.
¿La recuperación de vivienda privada implica expropiaciones?
De ninguna manera. La vivienda continuará siendo de propiedad de su dueño. Lo que hacemos es trabajar con la comunidad explicándole el funcionamiento del proyecto para motivar el trabajo conjunto en este objetivo. El mecanismo se realiza a través de la entrega de un incentivo económico a la familia, dinero que es manejado por el Ministerio de Patrimonio, quien contrata la recuperación del inmueble en cuatro componentes: cubierta, estructura, instalaciones eléctricas e hidrosanitarias, y fachada. No se trata de una recuperación superficial, sino profunda y estructural.

Casa Arturo Zea

Villa Pharos

¿A cuánto asciende el incentivo por familia?
A $7.000. Este monto ha sido muy eficiente, porque a pesar de que no cubre la totalidad de las adecuaciones necesarias, permite que el dinero que tiene la familia se destine a completar lo que hace falta. Sería fantástico si tuviésemos un sistema financiero, público y privado, con crédito adaptado a las necesidades de recuperación de viviendas patrimoniales. Ahí sí que podríamos hacer maravillas. Es inimaginable la repercusión zonal que tiene la inversión pública en recuperación de inmuebles, sobre la dinamización del mercado de la construcción.
¿Te refieres a políticas públicas que benefician al sector privado?
La inversión pública inicial de esta magnitud en vivienda privada llamará la atención de tal manera que generará una dinámica en la cadena de valor en sus zonas de afectación. El Ministerio cuenta con escasos recursos, y necesitamos generar alianzas público-privadas con empresarios de la construcción, con el sistema financiero y con las inmobiliarias, para encontrar la fórmula que nos lleve a financiar la conservación de nuestro patrimonio.
Estando este proyecto en marcha, ¿qué es lo siguiente?
Hay que explorar varios temas. Tenemos la posibilidad de pensar en vivienda nueva en centros de patrimonio, porque la intención es mantener el espacio de esta trama urbana que ya es histórica. Hay que atraer a la gente a vivir esta experiencia, no sólo en Guayaquil sino también en otras ciudades del país. En Cuenca ya está sucediendo, gracias al empeño de los ciudadanos y los empresarios privados. Si no hay voluntad e interés, si los privados no involucran sus recursos en esta estrategia que convierte a los patrimonios en ejes dinamizadores del desarrollo, una gran riqueza se habrá perdido.
¿Cómo motivar a la ciudadanía?
Desde lo estructural, que en Guayaquil está encadenado con las relaciones de poder, algo que hay que ir modificando para ciudadanizar a la sociedad. Las ciudades deben tener mejores y más espacios de encuentro común, espacios donde se teja ciudadanía de maneras más abiertas. Guayaquil aún tiene un déficit importante de parques y áreas verdes, lo cual es negativo incluso para el desarrollo inmobiliario privado.
¿Hay colaboración del Municipio para este proceso de recuperación?
Sí, a pesar de que no hay identificaciones políticas afines, nos apoyan en cuanto a la agilidad con la que atienden los permisos que debemos solicitar. La recuperación patrimonial tiene la ventaja de que es una gestión en la que todos ganamos y, por ende, es más fácil llegar a acuerdos.