Construyendo mundos: Fotografía y Arquitectura

INTERNACIONAL

 

Por: María Fernanda Ampuero

Julio 2015 – Agosto 2015

 

cortesíaSimon Norfolk, Antiguo “ Palacio de la Cultura” de la era soviética, Kabul, 2001 – 02. Cortesía de Simon Norfolk

“Se la podría comparar con un pas de deux de ballet. La imagen total está compuesta por dos cuerpos que no se pueden separar. Para mí eso es la fotografía de arquitectura: una nueva forma final hecha de la interacción entre la cámara y el edificio”. Hélène Binet (suiza-francesa, fotógrafa arquitectónica).

 

Siempre fue complaciente. Amable. Impávido. Disponible. El edificio como modelo artístico ya había cautivado a los pintores. Pero fue con la llegada de la tecnología que ese vínculo, el de la fotografía y la arquitectura, quedó sellado en hermandad.

 

A los prolongados tiempos de exposición de las primeras cámaras les convenía más la presencia estática de los edificios que, por ejemplo, la figura humana. Se confiaba más, digamos, en que no se movieran por unas horas.

 

Pero no sólo eso, la fotografía, hija de una ebullición tecnológica sorprendente, desde sus inicios se sintió de alguna manera obligada a dar un testimonio del mundo en el que nació, de la modernidad, de la constante transformación. Fue algo así como: tenga este aparato, capte usted el cambio del mundo. Sin duda, una de las transformaciones más profundas y trascendentes fueron las ciudades, la forma en la que empezamos a vivir.

 

Simon Norfolk. Foto cortesía.

Nadav Kander. Foto cortesía

 Así, la fotografía también sirvió para difundir al mundo las ideas arquitectónicas. Esta relación, una especie de primera globalización, no sólo sirvió para cambiar nuestra forma de ver la arquitectura, sino para transformar la manera de trabajar de los arquitectos.

 

La exposición Construyendo Mundos: Fotogra-fía y Arquitectura en la Era Moderna (Museo ICO, Madrid, hasta el 6 de septiembre), trae por primera vez a España la obra de dieciocho excepcionales fotógrafos de la arquitectura. Organizada por el Barbican Centre de Londres y comisariada por Alona Pardo y Elías Redstone, la muestra hace un recorrido cronológico por las diferentes miradas del fotógrafo especializado en captar la ciudad y sus edificaciones.

 

La exposición comienza con la obra de Bere-nice Abbott, Walker Evans, Julius Shulman y Lucien Hervé. A continuación profundiza en el legado del estilo documental objetivo de Walker Evans y su interés por la arquitectura vernácula mediante la obra de Ed Ruscha, Bernd y Hilla Becher, Stephen Shore y Thomas Struth.

 

Nadav Kander, Fengjie III (Monumento al Progreso y la Prosperidad), municipio de Chongqing, 2007 © Nadav Kander. Cortesía Flowers Gallery.

Nadav Kander, Chongqing IV (Picnic de domingo), Distrito de Chongqing, 2006. © Nadav Kander. Cortesía Flowers Gallery.

El siguiente apartado se centra en las interpretaciones y en las respuestas de los fotógrafos tanto a los arqui-tectos como a los icónicos edificios de la era moderna, considerando la relación simbiótica entre fotografía y tema arquitectónico, como queda de manifiesto en el trabajo de Luigi Ghirri, Hélène Binet, Hiroshi Sugimoto, Luisa Lambri y Andreas Gursky. Construyendo Mun-dos concluye explorando algunas ciudades que han experimentado cambios dramáticos, reflejados en las fotografías de Guy Tillim, Simon Norfolk, Bas Princen, Nadav Kander y Iwan Baan.

 

Cada uno de ellos, a pesar de haber trabajado en un largo intervalo espacial y temporal, están unidos por su determinación en registrar el complejo entorno en el que se desarrollan nuestras existencias.

 

La pregunta ¿dónde vivimos?, a veces, muchas ve-ces, puede responder quiénes somos. Transformamos el espacio, pero el espacio, sin duda, también nos transforma.

 

“Los edificios expresan orgullo, ira, ignorancia, amor. Todo lo que los seres humanos son capaces de expre-sar”. Thomas Struth (alemán, fotógrafo arquitectónico).

 

Luigi Ghirri, Cementerio de San Cataldo, Módena; el osario en invierno, 1986. © 2014 Eredi Luigi Ghirri.

Resulta aterrador pensar en las ciudades sin noso-tros. Las ciudades sin nosotros son el apocalipsis, la desolación, la pesadilla.

 

En varias fotos de la exposición, los fotógrafos, por ejemplo Edward Ruscha, uno de los pioneros, se han centrado en la soledad de las edificaciones pensadas para humanos sin los humanos: piscinas, parquea-deros, gasolineras y hasta avenidas fantasmas. El edificio es lo importante, su estilo inexpresivo cuando está desprovisto de su funcionalidad y, tal vez, su belleza que roza el arte.

 

Para hablar de arte es necesario mencionar a Bernd y Hilla Becher, pareja de fotógrafos arquitectónicos alemanes que se centraron en la arquitectura de la industrialización para, según ellos mismos, “suscitar interrogantes sociales, políticas y estéticas”. Impre-siona la pared con el trabajo de los Becher: depósitos de agua en blanco y negro liberados de su contexto y actividad, uno al lado del otro, como gigantescas esculturas al aire libre.

Con toda seguridad, esos depósitos de agua, cons-truidos anónimamente, jamás fueron pensados para estar en una exposición y, sin embargo, qué maravilla. Es hipnótico que lo que no estaba pensado para estar junto, de repente sea una obra de arte, un collage. Algunos depósitos tienen reminiscencias árabes, otros circenses, otros romanas, futuristas, geométricas. Una ausencia de diseño que es diseño.

Luigi Ghirri. Foto cortesía.

Hiroshi Sugimoto. Foto cortesía

Hiroshi Sugimoto, Marina City (Goldberg Associates), 2001. Cortesía de Hiroshi Sugimoto.

Juego de intersecciones: fotografía, arquitectura, arte. ¿Dónde empieza una y termina la otra?

“La arquitectura es la forma en la que múltiples fuer-zas culturales encuentran expresión haciéndose así accesibles a un medio mudo y visual”. Stephen Shore (estadounidense, fotógrafo arquitectónico).

Thomas Struth empezó a hacer fotografías en su natal Düsseldorf, ciudad que fue bombardeada y vuelta a levantar. Struth se dio cuenta de que detrás de la su-puesta reconstrucción –eficiente, alemana- había “un lugar donde permanece la pérdida y la desesperación” y él quiso fotografiar ese sitio. Empezó a disparar por aquí y por allá y descubrió lo que él llamó “lugares cortesíainconscientes”, pérdidas mal cubiertas con otros edificios, con paredes, con nuevas torres de igle-sias. Duelo y arquitectura. A partir de ahí, el trabajo de este fotógrafo se centró en ciudades vacías, melancólicas, monumentales, épicas.

Así lo explicó él mismo en una entrevista: “Mi am-bición es tomar una fotografía emblemática de una ciudad: una obra que posea más cualidades ge-nerales y sea capaz de ofrecer una narrativa más épica en una sola imagen”.

Walker Evans, Atlanta, Georgia. Casas de madera y una valla publicitaria, 1936 © Walker Evans Archive, The Metropolitan Museum of Art. alemánCortesía de The Metropolitan Museum of ArtFoto.

Walker Evans.

La verdad, es que el pensamiento que se repite como una taladradora frente a sus fotos es: “No hay nadie. No hay nadie. No hay nadie. Dios mío, ¿por qué ya no hay nadie?

 

”De lo general, pasamos a lo muy particular.

 

Lo que hace Luisa Lambri es muy interesante: esta fotógrafa italiana visita las viviendas míticas de arquitectos célebres (Van Der Rohe, Niemeyer, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, entre muchos otros) y realiza sus inusuales fotografías desde dentro, sin mostrar jamás la híper famosa fachada o cualquier detalle que pueda revelarla.

 

Ella lo que quiere de esas casas son los detalles íntimos, las ventanas, los pasillos, las puertas, los umbrales, el destello de luz en una persiana. Lo suyo es una interesantísima mezcla, no convencional, única, entre fotografía arquitectónica y sicológica.

Thomas Struth, Clinton Road, Londres, 1977 © Thomas Struth

Thomas Struth. “Los edificios expresan orgullo, ira, ignorancia, amor. Todo lo que los seres humanos son capaces de expresar”.

“Mi trabajo es un intento de captar la sombra de mi propia presencia tal y como se refleja en la arquitectura. Además, inyectando un punto de vista femenino en mis fotografías de edificios diseñados mayoritariamente por hombres”.

 

En las fotos de Luisa Lambri se evidencia esa simbiosis interesantísima entre arquitectura y fotografía que puede dar lugar a nuevos edificios según la mirada de quien está detrás de la cámara. Y que, sin duda, es el objetivo de toda la exposición.

 

Lambri, por ejemplo, crea con las casas más famosas de la historia de la arquitectura una especie de casa infinita: “aunque haya fotografiado muchas casas y edificios diferen-tes, en cierto modo son la misma casa y el mismo edificio”.

 

Guy Tillim, Edificio de viviendas, Beira, Mozambique, 2007. © Guy Tillim. Cortesía de Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.

Guy Tillim. Foto cortesía

Hélène Binet, Museo Judío de Berlín, Daniel Libeskind, Sin título 7, julio de 1997.

De Hélène Binet, el arquitecto John Hejduk dijo “crea fotografías de los sueños del arquitecto de la edificación” y la verdad es que esta fotógrafa, que trabaja con Daniel Libeskind, Peter Zumthor o Zaha Hadid, ha logrado con-vertir su trabajo en una especie de poesía arquitectónica, fotográfica y simbólica.

 

El juego del volumen, la luz y la sombra, en el caso de la obra de Binet, da al edificio cualidades técnicas pero también escultóricas. El resultado es una obra de arte. El trabajo de Hélène Binet que se expone en Construyendo Mundos: Fotografía y Arquitectura en la Era Moderna son sus fotografías del Museo Judío de Berlín del arquitecto Daniel Libeskind. Sobre ellas, Libeskind dijo: “Cada vez que Binet hace una foto expone los logros, la fortaleza, el patetismo y la fragilidad de la arquitectura”. C!