Por: Caridad Vela
Diciembre, 2010

La vida presenta oportunidades interesantes que hay que saber distinguirlas y trabajarlas. Grupo Riera tuvo su primer contacto con Ecuador hace siete años a través del patrocinio de un programa de Maestría Inmobiliaria en Barcelona, España al que asistió Eduardo Mora, Gerente de KSA Ecuador.

Eduardo quiso convencer “al profe” de que se interesara en Ecuador y le presentó un proyecto que requería de una inversión de tres millones de dólares. La reacción fue casi cómica pues con ese dinero en Barcelona se compra un apartamento. Además la actividad era tan intensa que no había tiempo para más.

Pasan los años y la situación en España cambia negativamente de manera muy drástica y los principales ejecutivos de Grupo Riera ven la necesidad de buscar nuevos horizontes. Bajo esa intención, se contactan nuevamente con Eduardo, viajan este año a nuestro país en repetidas ocasiones y, después de mucha investigación y análisis se convencen de que “esto es el cielo”.

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¿Qué los trajo a América?

Nos hemos tenido que reinventar. En Europa, y concretamente en España, estamos en una situación económica muy difícil. Esto te motiva a buscar expandirte hacia donde haya futuro. Si ese futuro está fuera de tus fronteras, pues hacia allá has de ir. Lo analizas desde el punto de vista de tus fortalezas e investigas dónde puede haber posibilidades de crecer. Ciertamente no será en los países del norte de Europa que son muy avanzados, así que miras hacia otro lado.

¿Qué opciones había?

La primera evaluación que hicimos fue de los países incorporados a la Comunidad Económica Europea y del Este de Europa. Cada país tiene sus dificultades y limitaciones. Por ejemplo los regímenes soviéticos tienen una mentalización de economía muy comunitaria y les es muy difícil adaptarse a una economía de mercado. Argelia, Túnez o Marruecos representan gran dificultad en el tema idiomático y de costumbres. Con Latinoamérica tenemos cierto parecido, nuestras idiosincrasias son las mismas.

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¿Lo obvio entonces era Latinoamérica?

Había que analizarlo pero por lo menos acá encontramos más similitudes iniciales. Hicimos una segmentación y, desde el punto de vista socio económico, conformamos lo que llamamos “el triángulo de oro” que son Colombia, Perú y Ecuador. Fuera de este triángulo vimos que Argentina tiene sus problemas, Chile está muy consolidado por lo que hay poco que aportar, Brasil tiene un potencial importante pero es demasiado grande y Grupo Riera no es una gran multinacional, es una mediana empresa española.

¿En este “triángulo de oro”, la decisión fue empezar en Ecuador?

Así es. La estrategia es ir a un sitio pero en alianza o asociación con alguien de ese sitio. Es un punto básico, es un nexo de unión importantísimo donde cada uno aporta. En este caso el socio, esa contraparte estratégica, ha sido Eduardo Mora. Ha sido una decisión muy pensada y analizada desde varios puntos de vista. De hecho, hemos llegado a Ecuador con la intención de que este país sea nuestro punto de partida, nuestra puerta de entrada a Colombia y Perú.

¿Encuentran la seguridad jurídica necesaria para invertir?

En el mundo hay que comparar unas cosas con otras para saber si son buenas o malas. Es cierto que Ecuador tiene legislación relativamente débil, pero tiene los mínimos requeridos para hacer negocios inmobiliarios aquí. Por otro lado está la forma en cómo se protege o desprotege en cada país a la inversión extranjera, tanto a la entrada del dinero como al retorno. Si comparamos estos mínimos con otros países, Ecuador está relativamente fuerte. La perfección no existe. Si hubiera una legislación muy rigurosa a lo mejor no podríamos venir porque podría perjudicarnos.

¿Qué impuestos pagarían para repatriar las utilidades del negocio?

Hace dos meses se eliminó el impuesto a la salida de las inversiones, pero lo más importante de nuestra presencia acá, y lo decimos muy humildemente es que hemos venido a compartir y a hacer futuro, no a explotar. No nos preocupa cómo nos vamos a llevar el dinero, lo que queremos es invertir y que esto genere rentabilidad. Estamos aquí para quedarnos.

¿Optimistas en cuanto a niveles de rentabilidad?

Claro que sí. Un poco en broma y un poco en serio hemos dicho que a lo mejor Ecuador puede tener más volumen que España porque hay mucho por hacer. Si hacemos todo este esfuerzo es legítimo buscar rentabilidad.

¿Comparemos costos de construcción en Ecuador versus España?

Con la España de hoy, esto es el cielo. Los costos allá están tan altos que la rentabilidad ya no es cero, es negativa. Acá están prácticamente un 30% ó 40% menos. Esa es una de las razones por las que estamos en Ecuador.

¿Una de las razones? ¿Hay más?

La clave de porqué finalmente estamos en Ecuador es porque desde el principio Eduardo nos abrió las puertas para entrevistarnos con directivos del IESS y del BEV. Vas a estas reuniones con mentalidad de otro país y te sorprende de qué manera el Gobierno está intentando potenciar el sector de la construcción. El bono de la vivienda es una subvención para que la gente compre la casa que tú construyes bajo ciertos parámetros. Parece un sueño. Este mercado tiene necesidades y hay apoyo. Las medidas del Gobierno están un paso por delante de lo que tú como constructor puedas generar.

¿Por todo esto le apuestan a Ecuador?

Hemos llegado en el momento oportuno, adecuado. Viendo esto, nuestra apuesta es personal en este aspecto. Nos vamos a desplazar a Ecuador cuantas veces sea necesario porque de este éxito depende nuestra empresas y nosotros mismos. Hemos sido tan bien recibidos que sin buscarlo ni mendigarlo, un grupo muy importante de acá se ha unido a nosotros. Eso te da mucha fe. Ellos ven en nosotros la capacidad de aportar con un conocimiento y nosotros vemos en ellos a nuestros socios estratégicos.

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¿Fue fácil convencer a los otros accionistas del Grupo?

Tuvimos que venderles la idea empezando con la intuición que tenemos de que esto va a funcionar. Esa intuición se basa en que los estamentos oficiales brindan apoyo y hay gente que tiene nuestra manera de pensar y trabajar. Todo esto te hace pensar que no te estás equivocando. Hemos tenido que argumentar porqué hemos elegido Ecuador, y es que hay muchas señales para avizorar un futuro importante. El 30-S retrasó un mes la decisión final porque ese día, visto desde afuera, asustó un poco.

¿El enfoque será en vivienda de hasta $60.000?

Evidentemente este es un segmento importante pero también queremos ver la posibilidad de hacer proyectos para el Gobierno. Vamos a construir tanto para lo que generen los grupos promotores asociados con nosotros, y para terceros como el IESS. Más adelante veremos qué construcciones se presentan a lo largo del tiempo. Estamos trayendo tecnología, herramientas y maquinaria porque es importante que se forme la compañía constructora, ese es el objetivo.

 

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¿Cuál es su experticia?

Somos eminentemente constructores. Nuestro socio nos complementa muy bien porque es eminentemente inmobiliario y por tanto tiene una serie de conocimientos que nos son muy útiles. De lo contrario seríamos incapaces de iniciar nuestra gestión aquí. La intención es aportar con nuestro know-how para alimentar la delegación de Ecuador con flujo de técnicos y personal de apoyo logístico que vendrá desde España. La operación en Ecuador incluso nos ayudará a mantener la estructura que este momento tenemos allá. Somos más empresarios que inversionistas.

¿Cuál es la diferencia?

El inversor no es empresario. El inversor quiere ver una moneda y convertirla en dos. Nosotros somos empresarios y nuestra función es crear empresa, riqueza para muchos a través de plazas de trabajo y eso es lo que hacemos. La rentabilidad evidentemente nos interesa pero somos productores de valor añadido y soluciones constructivas.

¿A cuánto asciende la inversión que han proyectado?

No hay una cantidad exacta inicial. Hay un portafolio de proyectos e iniciaremos con uno. Partiendo de la base de que ese será buen negocio, lo que necesite en dinero se lo daremos. Después miraremos a ver qué hay en el horizonte e iremos entrando un poco más. Estamos hablando inicialmente de una inversión acordeónica de entre uno y dos millones de dólares. El egreso debe ser justificado para que el dinero no sea ocioso sino productivo. El dinero y los flujos hoy en día son un poco escasos y hay que aprovecharlos al máximo por lo que invertiremos de acuerdo con las necesidades.

¿Han definido ya proyectos iniciales?

El tener socios locales te permite acelerar esa definición porque si lo tuviéramos que identificar nosotros sería muy difícil. Hay varios que están en estudio y otros que buscaremos que estén dentro de la órbita que podamos realizar.

¿Concretemos?

Primero será la construcción de la segunda etapa del proyecto Orion en los Chillos. Son 24 más que ya están vendidas todas. En el futuro cercano tenemos un proyecto de departamentos en un terreno que está detrás de la matriz del Banco del Pacífico en Quito. Tenemos otro terreno en Los Chillos de cuyo proyecto te daremos la primicia cuando esté listo. El mega proyecto que está en carpeta es en Santo Domingo donde construiremos más de mil viviendas. En Guayaquil haremos un proyecto de oficinas, centro comercial y estacionamientos en una ubicación muy cerca al aeropuerto. Y sólo estamos empezando.

Eso es empezar con pie derecho…

No podremos abarcar todo pero nos hace mucha ilusión estar aquí. Cada vez que charlamos con alguien descubrimos más oportunidades. Tenemos capacidad y ganas de hacerlas, y eso nos da satisfacción porque venimos de un mercado que es deprimente, donde trabajas casi para mantener estructuras de personal. Estamos muy contentos porque nos damos cuenta de que hace varios meses que no hablábamos de proyectos nuevos…

¿Qué opinan del desarrollo inmobiliario en el Ecuador?

No está para tocar campanas, pero si lo comparas con España que está en fase totalmente regresiva, aquí ves futuro y queremos ser parte de él.