El apetito pide comida fresca de mar… Es jueves al medio día…Después de una ajetreada mañana de trabajo decido por almorzar en el Hotel Oro Verde, en Guayaquil. Lo conozco tanto que me siento en casa.

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Caridad Vela, Directora de Clave Turismo

Elijo el restaurante Le Gourmet por su fina decoración y tranquilo ambiente. Para mi sorpresa, porque no lo anuncian en su página web, hoy tenían un almuerzo diferente. A manera de bufete se exponían pescados y mariscos del día colocados sobre hielo iluminado. Me sentí en un mercado refinado, saboreé con la mirada intentando elegir entre camarones, langostinos, cangrejo o calamar, para la entrada.

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El plato fuerte sería otra incógnita pues la variedad de pescado en sus múltiples preparaciones no hacía fácil la decisión. Los acompañamientos eran igual de atractivos, nada pensado en rellenar el pedido, por el contrario, complementos ricos en preparación y presentación que crearían obras de arte al colocarlas en el plato.

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Mi imaginación despertó y visualicé las detalladas recomendaciones de los expertos. Quise de todo un poco. El capricho se cumplió tan a cabalidad que me es imposible entrar en detalles pero las fotos que acompañan el reportaje hablan por sí solas. Una copa de sauvignon blanc muy fría acompañó el ir y venir de platos en un viaje en el que todos mis sentidos se involucraron.

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La degustación de deliciosos postres cerró con broche de oro esta aventura, y fue cuando tuve el gusto de conocer a Antonio Pérez, el chef, que sin saber que escribiría sobre sus habilidades, y hasta hoy no lo supo, se acercó interesado en saber si había satisfecho mis expectativas.

Muchas gracias Antonio! Satisfacción total.