Por: Maritza Carvajal
Diciembre – enero, 2012

Los 82 kilómetros del perfil costero de La Ruta del Sol, que va desde Salinas a La Rinconada, reflejan la reactivación de ambos sectores

Tres balnearios de una misma provincia atraen diversos tipos de visitantes. En Salinas los turistas buscan comodidad y diversión, en La Libertad, el comercio y los negocios, y en Santa Elena, la aventura y la cultura comunitaria.

Los tres cantones que integran la provincia de Santa Elena, creada en noviembre de 2007, tienen características diferentes, pero ahora comparten dos aspectos vitales para sus economías: el resurgir de la inversión inmobiliaria privada y de la obra pública.

En los 82 kilómetros del perfil costero de La Ruta del Sol, que va desde Salinas a La Rinconada, nuevos edificios o torres de departamentos, urbanizaciones cerradas, viviendas particulares, locales para negocios, hoteles y una Terminal Terrestre en ejecución, reflejan la reactivación de ambos sectores.

Hace poco más de tres años las actividades inmobiliarias y de construcción estaban estancadas. Hoy el desarrollo urbanístico en la Península se apuntala con inversión nacional y extranjera, pública y privada, destinada a proyectos de variada índole. Y con ellos llegan las oportunidades de empleo para los habitantes en los 1.015 establecimientos de alojamiento y de servicios de comida, 19 inmobiliarias y 9 constructoras afincadas en la zona, según el Censo Económico realizado en 2010.

Una veintena de nuevos edificios, la mitad de los que están en Malecón y sus dos primeras calles adyacentes, marcan la tendencia de un desarrollo vertical en Salinas. Alrededor del 50% de los capitales que impulsaron la ejecución de los proyectos proviene del extranjero y la otra mitad es nacional, de acuerdo con fuentes vinculadas con el sector inmobiliario.

En el primer caso llegaron de Estados Unidos y Europa, y en el segundo, de Guayaquil y Cuenca. Un ejemplo es el edificio Aquamarina, ubicado en Malecón y Autoridad Portuaria, de la firma constructora cuencana, Construvicor. Y otro, la Torre Oceánica, de la firma guayaquileña Covigon.

En lo que va del 2011, el sector privado invirtió en el segmento inmobiliario de Salinas cerca de 500 millones de dólares, de acuerdo con cálculos del Alcalde de Salinas, Vicente Borbor Mite.

Aunque la cifra municipal es informal marca la pauta de la reactivación, fenómeno que el sector privado ratifica. “Hasta el año pasado, un mismo constructor hacía un edificio al año, ahora hace dos”, expresa Patricia de Franco, de Bienes Raíces Ocean, con sede en el balneario. “Si se considera sólo a los edificios, el incremento es de 10% entre 2010 y 2011; y si se incluye la construcción de casas es de 15%”, agrega la experta.

El Municipio de ese cantón otorgó aproximadamente 1.200 permisos de construcción este año. El 15% de ellos para edificios, el 70% para viviendas particulares y 10% para hoteles, detalla el Alcalde. El porcentaje restante se vincula a obras diversas.

Algunos edificios estarán listos en diciembre y otros a inicios del próximo año, pero la mayoría de los departamentos están ya vendidos. En esas torres, los departamentos tienen como destino de uso la vivienda y vacacionar, y muchos de los compradores son extranjeros jubilados que escogieron vivir en la punta de la Península, afirma Patricia de Franco.

GRÁFICO 1

En Salinas, la inversión en torres de departamentos continuará en 2012. Dos grandes proyectos vienen de la mano de las constructoras Covigon y Gonzenbach, en las zonas de Petrópolis y Las Conchas, respectivamente. Además, el Municipio de Salinas registra la compra venta de varios terrenos en el sector de Chipipe, cuyo fin está por definir.

En el rubro de las viviendas la situación es similar. Entre 2001 y 2010, el número de viviendas aumentó 8.766 en este cantón, acorde con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Censo. En este segmento, Patricia de Franco indica que la reactivación, en los últimos años, se da con casas que se construyen hacia atrás del Malecón.

“El bien raíz es el único bien real que no se deprecia, y por ello quienes tienen sus ahorros los destinan a comprarse una casa o departamento”, acotó otro constructor guayaquileño con inversión inmobiliaria en Salinas, que prefirió la reserva.

La cara oculta de la expansión

La reactivación de la actividad inmobialiaria también es vista con otros ojos. El presidente de la Cámara de Turismo de Salinas y propietario del hostal Cocos, Otón Arboleda Sánchez, sostiene que la nueva oferta de departamentos en los edificios mermará la demanda de los hoteles. En ese Balneario, el centenar de hoteles existentes tiene una capacidad instalada de alrededor de 5.000 camas o plazas, a las que Arboleda considera suficientes para la demanda en los días feriados. Mientras, en la temporada alta, desde diciembre a abril de cada año, la demanda supera la oferta hotelera, unos 2.000 departamentos en edificios y las viviendas particulares, la compensan.

En la temporada baja, en cambio, el número de camas es excesiva y los problemas para los hoteles empiezan allí. Arboleda explica que los propietarios de casas y departamentos viven en Guayaquil, Quito y Cuenca, y para evitar el deterioro de sus lugares permiten su alquiler, aunque los permisos municipales que obtuvieron no contemplan ese destino de uso y por tanto tampoco pagan los impuestos por ese concepto, que los hoteles formales sí honran. Él considera que los propietarios de casas y viviendas se convirtieron en una competencia desleal para los hoteles, el 60% del año.

GRÁFICO 2

Al respecto, el Municipio realiza operativos, pero acepta que resulta difícil controlar el fenómeno que se acentuó en los últimos años. En los feriados, hombres y mujeres recorren el Malecón con carteles que ofrecen los departamentos a menos de 10 dólares la noche, lo que provoca una “guerra de tarifas” que afecta a la hotelería formal.

Para resolver el problema, el dueño del hostal Cocos propuso que el Municipio emita una ordenanza que convierta a esos departamentos en Aparthotel y así pagarían impuestos. La idea todavía no se concreta.

La inversión pública completa a la privada en Salinas. El aeropuerto internacional estará listo en 2012 a un costo de 50 millones de dólares. Hasta ahora hay un avance del 70% de la obra, indicó el Alcalde. Así también, avanza la construcción del Puerto Pesquero de Anconcito a un costo de 11 millones de dólares y la Facilidad pesquera, en Santa Rosa por 900.000 dólares. Ambos favorecen las oportunidades de empleo.

La Libertad y su atractivo comercial

A 6 kilómetros de Salinas está La Libertad y su realidad es otra. La antigua parroquia La Hueca, Agujereada o La Propicia, como la llamaban los primeros habitantes, se convirtió en cantón en 1993, en el gobierno de Sixto Durán Ballén. De manera tradicional su economía ha estado ligada con el comercio, la pesca y el abastecimiento de buques que transportan el combustible procesado en la Refinería.

Ahora, aunque la extensión de sus playas es limitada, también recibe turistas. ¿La causa? El remozamiento del Malecón y La Caleta, que estuvieron abandonados por décadas y dificultaban el acceso a la playa. Al pie del nuevo Malecón se levantan varios hoteles y en las mañanas el ambiente se matiza con el ir y venir de canoas cargadas con peces. El paisaje lo completa la Iglesia Matriz, a la que se llega a través de una escalinata. Otro motivo del despunte de este cantón fue la edificación de Puerto Lucía Yatch Club, junto a la ciudadela La Carolina, que otorgó plusvalía a terrenos y viviendas del sector. En el área hay otra pequeña playa.

La mayoría de quienes llegan a La Libertad tienen vínculos con el comercio. El presidente de la Cámara de Turismo de La Libertad y propietario del hotel Valdivia, Guy Rosa, lo reconoce así. “Todos los negocios importantes están aquí, es una ciudad de comerciantes”, precisa. En efecto, las grandes cadenas de supermercados y de centros comerciales, Mi Comisariato y Supermaxi se afincaron allí.

Sin embargo, para el francés radicado hace 32 años en el poblado, La Libertad ha crecido “urbanística, pero no turísticamente”. Él resiente que los jóvenes acudan más a Montañita y Olón en el cantón vecino de Santa Elena y la ausencia de turistas extranjeros, quienes son los que pueden pagar las tarifas de los pocos hoteles de cuatro estrellas. Por ello ha resuelto vender su hotel.

La Libertad tiene 5 hoteles de primera categoría, que en conjunto ofertan unas 300 camas. El resto son de segunda y tercera categoría, indica el hotelero. Para que lleguen más turistas extranjeros a La Libertad, el francés cree que el Ministerio de Turismo debe promocionarla en los países europeos.

Y, la infraestructura de servicios permitiría esa llegada. A mediados de noviembre, el Alcalde de La Libertad, Marco Chango Jacho, ratificó el avance de la II etapa del alcantarillado en un 65%, obra que se concluirá en 9 meses. En 2012 estará cubierto el 78% del cantón, indicó. Ello se suma a la disposición del agua por tubería en todo el poblado.

En La Libertad, el número de viviendas pasó de 19.711 en 2001 a 28.313 en 2010, según las cifras del INEC. A diferencia del desarrollo vertical de Salinas, en la carretera que conduce a la Libertad, y en el cantón Santa Elena predominan los complejos habitacionales cerrados, que facilitan una administración conjunta a menor costo.

Santa Elena y el turismo comunitario

En Santa Elena, el número de viviendas aumentó de 30.996 en 2001 a 46.529 en 2010, registra la misma fuente. La capital de la provincia presenta además un crecimiento hotelero de 5% en 2011, con relación a 2010, de acuerdo con Antonio Gonzabay Rodríguez, el jefe técnico de turismo de la Empresa Municipal de Turismo, adscrita al Cabildo.

Buena parte de ese repunte lo atrae Montañita, donde se han edificado 3 nuevos hoteles de primera categoría. De las 10.000 plazas que existen en toda la Península, Santa Elena ofrece alrededor de 5.000 con sus 200 hoteles de diferentes categorías.

En criterio del Presidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena, Douglas Dillon, en 2011, la inversión turística aterrizó en la realidad. “Antes la inversión carecía de sustento propio, porque los dineros eran ajenos al turismo”, afirma. De allí que en los últimos 20 años, el 50% de la inversión quebró, y los negocios que quedaron ahora son más sólidos. El empresario ratifica la presencia de capitales de EE.UU. destinados a la adquisición de casas para jubilados. También de Israel, Europa y Colombia.

“El turismo extranjero está cansado de los megahoteles y buscan una interacción cultural con los moradores de los poblados”, argumenta Dillon. En los próximos meses la Empresa de Turismo avizora que habrá una inversión privada de unos 100.000 dólares, calculados con base en las licencias anuales de funcionamiento que han otorgado.
Aquí las inversiones son menores porque la mayoría de los emprendimientos son de tipo comunitario y de cabañas, en las mismas viviendas de los habitantes. En la zona tampoco hay nuevas urbanizaciones, sino adecuaciones y modernización de las ya existentes.

Según Antonio Gonzabay, desde hace cinco años Santa Elena atrae más turistas que Salinas. La cabecera provincial tiene una ventaja sobre Salinas: sus multiples playas. En 2011, el Municipio promocionó 11 playas, y en 2012 incluirá cinco más: San Antonio, Cadeate, Curía, San José y Las Núñez. El 90% de las playas del cantón tienen agua potable y el 70% alcantarillado.

Para completar la infraestructura turística, Santa Elena construyó una planta asfaltadora que mejorará la red vial. Y la nueva Terminal Terrestre coronará la obra pública que apuntalará el turismo masivo al sector. El proyecto, localizado en el balneario de Ballenita, está avanzado en un 70% y se espera su terminación en abril de 2012, con una inversión cercana a los cinco millones de dólares, indicó Carlos Alcívar del Municipio de Santa Elena.

Entre el aeropuerto internacional de Salinas, la Terminal Terrestre de Ballenita y los grandes centros comerciales de La Libertad, la suerte de la novel provincia parece estar echada, pero también le quedan retos: la capacitación y la mística de trabajo acorde con los requerimientos y exigencias del turismo.