“SOY MADRE Y EDUCADORA DE PROFESIÓN«

La pandemia deja al descubierto que el aprendizaje a distancia ha logrado llevar a los padres al límite. Hoy es frecuente escuchar que los niños usan varias aplicaciones para sus clases, que los profesores envían la planeación pero a los niños no les alcanza el tiempo para hacer deberes, que cada profesor tiene su método, y que en ocasiones los padres se preguntan luego de escuchar una clase virtual, si sus hijos han comprendido todo, ¡porque ellos no!

Bárbara Speck madre de dos niñas y educadora de profesión en un prestigioso colegio privado de Quito, tiene que hacer su trabajo y además ayudar a sus hijas con las obligaciones escolares. En esta entrevista nos cuenta lo que ha significado para ella este enorme desafío.

¿Hasta dónde llega el compromiso de los padres para que sus hijos alcancen logros académicos en esta época difícil?

Ha sido una época difícil tanto para padres como para hijos. Las familias se han dado modos de encontrar la forma para que cada uno realice el trabajo del que es responsable. Algunos hasta se han sorprendido de la creatividad con que han logrado organizarse y estructurar una dinámica familiar más sencilla, eficiente y colaborativa.

En aquellas que los dos padres trabajan, sus hijos han tenido que desarrollar un mayor nivel de independencia y autosuficiencia. Sin embargo, esto depende mucho de cada niño, y sobre todo de su edad. Entre más pequeño, mayor es la necesidad de la presencia y apoyo de un adulto, sea el padre, la madre o un hermano mayor. La edad cronológica es un factor que determina los períodos de atención. La de los pequeños es corta, y por eso se nos hace tan difícil mantenerlos enganchados a una pantalla.

El compromiso de los padres no es solo sentarse junto a sus hijos y verificar que hagan las tareas, va más allá de llevarlos a un nivel de entendimiento. Es necesario que los padres propicien un ambiente casa adentro, en el que cada miembro trate de ser la mejor versión de sí mismo.

¿Entonces, se trata de un compromiso entre varios actores?

Sí. Tanto padres como profesores debemos tener muy claro que en esta época, las destrezas de vida que están viviendo y aprendiendo en casa nuestros hijos y alumnos, son extremadamente valiosas.

La mayoría de colegios han compactado el Currículo para cubrir el contenido académico más importante y no necesariamente todo lo que se haría de manera presencial. Sin  embargo, este es un momento de verdadero crecimiento personal y aprendizaje profundo para todos.

Los niños están permanentemente observando cómo los adultos más importantes de su vida logran sobrellevar situaciones estresantes, y saben que tienen que ayudar en sus hogares, tomar decisiones que los impulse a ser más responsables de su propia formación escolar, y a resolver problemas reales. Por lo tanto, pese a que todos extrañan la escuela, el aprendizaje de vida que está ocurriendo en cada hogar es oro en polvo.

¿Qué es lo más relevante que debe incluir el aprendizaje a distancia?

La educación, tanto en casa como a distancia, debe establecer rutinas y responsabilidades. En el colegio donde trabajo hemos logrado acuerdos entre quienes somos parte de la comunidad de clase. Ha sido increíble cómo los estudiantes proponen normas similares a las que teníamos cuando las clases eran presenciales. Se ha llegado a tener acuerdos para mantener el orden, levantar la mano para ir al baño, y no van sin permiso, a pesar de estar en sus propias casas.

Procurar un espacio seguro en el que se valoran las emociones, es incluso más importante que cubrir tan solo el contenido académico. Un estado emocional saludable es fundamental para que los estudiantes obtengan logros personales y académicos. Para mí esa es una prioridad en este momento de incertidumbre, ser un pilar de estabilidad para cada uno de mis alumnos, al fin y al cabo, ellos lo son para mí.

Tener un plan académico organizado, y una mente abierta dispuesta a experimentar distintas metodologías y estrategias para el bien de todos, realmente hacen la diferencia.

¿Háblanos del valor del respeto en esta modalidad de aprendizaje?

Importantísimo. Se debe respetar las necesidades de los niños y planificar tiempo para que también jueguen y exploren. Tenemos que contabilizar las horas que pasan frente a la pantalla. El objetivo no es que pasen todo el día conectados, sino que aprendan de manera efectiva dentro de un período de tiempo adecuado para cada edad.

Algunas asignaciones deben ser planificadas para que puedan ser realizadas en casa sin el uso de computador. En mi caso, tener un número de alumnos pequeño facilita la personalización, y asegura que las diferencias y necesidades de cada estudiante están siendo atendidas.

Tengo la certeza que en todo contexto, la calidad humana y la vocación del profesor hace la diferencia. Como educadores tenemos el deber de abrir un camino para encontrarnos con los alumnos, sus familias, y ser un apoyo para los dos. 

La mayoría de padres han tenido que coadyuvar en esta labor “por emergencia” ¿Cómo prepararse para hacerlo bien?

La educación ha cambiado mucho en los últimos 10 años. En general, lo que como padres experimentamos cuando éramos estudiantes, puede ya no ser relevante, o puede que lo aprendamos simplemente con lógica. Memorizar fechas y tablas de multiplicación es irrelevante. Hoy nuestros hijos tienen la fortuna de aprender al hacer conexiones significativas con su vida y con su forma de pensar. La memoria la utilizan para guardar lo aprendido por medio de la lógica, no para memorizar y luego no poder recordar.

Para que los padres se preparen en esta nueva educación, deben dialogar con los profesores, preguntar cómo pueden apoyar y tener mucha paciencia. En esta aventura de la educación virtual que estamos viviendo, no podemos olvidar que el rol de los padres es ser padres, y el de los educadores es enseñar. Por lo tanto los padres deben informarse, sí, pero lo importante es acompañar y apoyar a sus hijos durante todo el transcurso de su vida. Los educadores nos hemos preparado y asumido el reto y la responsabilidad de enseñar a distancia. Si algo de lo que se enseña no está claro, es básico preguntar y pedir ayuda.

No obstante, con profesores dentro de la pantalla, los padres en algún momento del día hacen el papel de ayudantes, supervisores, consejeros, servicio de cafetería, entretenimiento, etc., y todo  mientras realizan su propio trabajo ¿Siendo educadora y madre, cómo vives el día a día?

Al tener dos niñas pequeñas y trabajar como educadora, vivo un día a la vez. Trato de organizar a mis hijas antes de comenzar la semana para que no falte nada en sus clases. Mi esposo es un gran apoyo y muchas veces él es quién las acompaña en las clases. Mi horario con frecuencia coincide con el de las clases de ellas, por lo que no puedo estar presente. Para suplir este vacío me he impuesto un horario y una hora específica en la que me desconecto del trabajo, para dedicarme a ser mamá. Durante la semana las horas que tengo con mis hijas son contadas, por lo que me esfuerzo para que sean horas de calidad.

Las asignaturas las realizamos juntas y en las noches leemos cuentos. Todavía estoy en la lucha para encontrar un balance. No es fácil para mí, ni para nadie, trabajar y apoyar a los hijos pequeños en casa con este tipo de aprendizaje. Quisiera decir que tengo la solución, pero depende mucho de cada familia encontrar qué funciona y aplicarlo.

Antes de la pandemia, algunos padres pasaban fuera de casa en las horas que sus hijos tenían que hacer deberes, o dejaban en uno de ellos o en ninguno, la responsabilidad de apoyarlos. ¿Qué opinas al respecto?

Las tareas escolares sirven para practicar lo que se aprende en clase. No debería requerir la presencia de los padres realizarlas. Con la pandemia eso se mantiene. No creo que se deba esperar que un estudiante complete una actividad sin que sepa cómo hacerlo, por lo que debe estar en capacidad de hacerlo solo. Los padres ya tienen suficientes tareas y responsabilidades como padres, y ahora más, ya que a veces es necesario apoyar a los más pequeños para que se conecten a sus clases. En general, las tareas deben ser planificadas para que los estudiantes las puedan realizar de forma independiente.

Qué consejo tienes para los padres que camino al trabajo se preguntan  ¿Seré mal padre si mi hijo pasa en los videojuegos las próximas 6 horas?

Mi consejo es que no se juzguen y no juzguen a otros padres. Cada uno hace lo mejor que puede. No olviden que todos, padres y educadores, somos humanos, cometemos errores hasta encontrar qué funciona, y así logramos aprender, y eso está bien.

Se dice que nadie nace sabiendo cómo ser padre, peor cómo ser padre y maestro a la vez.

¿En la pandemia has tenido algún punto de quiebre en la educación de tus hijas?

La modalidad a distancia ha sido realmente difícil. Sentada frente a la pantalla veía como ésta ocupaba todo mi tiempo, incluso más horas que en la modalidad presencial. Sentí que todo se volvió más lento y pesado, estaba acostumbrada a moverme durante el día, sobretodo en el salón de clase. Para completar, mis hijas a veces no lograban conectarse a sus clases, y si lo hacían, veía que estaban perdidas. Esos momentos fueron muy difíciles, me sentí quebrar, pero me he ido adaptando.

¿Te preguntan por qué siendo profesora envías al colegio a las niñas, en lugar de enseñarles en casa?

Soy profesora y me gusta trabajar, disfruto trabajando. Algunas veces hablo del tema y pienso que si un establecimiento educativo puede brindar seguridad, y el estudiante no tiene un problema médico o de cualquier otra índole que le impida asistir, los niños necesitan estar con sus pares. Además de aprender en un ambiente organizado, el colegio les permite aprender de acuerdo con un contenido curricular, y la oportunidad de socializar, seguir reglas, resolver problemas, es muy importante.  

¿Qué es más difícil enseñar a tus alumnos o a tus hijas?

Siempre es más fácil enseñar a otros niños que a los propios. Los propios saben cómo manejarnos. Nuestros hijos quieren vernos felices por lo que les puede costar más cometer errores delante nuestro. Con sus profesores van a aprender de ellos.

Existe la preocupación generalizada que los estudiantes volverán al colegio más atrasados que si hubiesen cursado clases presenciales ¿Qué opinas?

Creo que la preocupación es real. Sin embargo, como te dije, el pensum esta modificado para asegurar que los estudiantes aprendan lo que tienen que aprender. Los profesores también hemos tenido la oportunidad para estudiar y prepararnos en diferentes temas, de acuerdo con la actual situación. Algo positivo de la pandemia es que los estudiantes  han aprendido a valorar el duro trabajo de sus padres, a decidir ayudar en los quehaceres domésticos, a conocer el verdadero significado de trabajar en equipo, y eso no tiene precio.

¿Has notado en tus hijas o en tus alumnos algún grado de frustración a causa del distanciamiento social?

Sin lugar a duda han sido cambios bruscos e inesperados. Nadie estaba preparado. Mis hijas, al igual que mis alumnos, extrañan poder estar juntos y compartir momentos con sus amigos. En el colegio en el que trabajo las consejeras han organizado espacios de recreo dirigido para niños que pueden entrar a zoom de manera independiente, y esto ha ayudado muchísimo a que los niños socialicen y jueguen con sus pares.

Para algunos padres es difícil aceptar que el colegio haya reducido las horas de clase ¿Cómo los podría tranquilizar en este aspecto?

Es importante que los padres no se concentren en la cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente al computador. Lo importante es que se involucren y vean lo que están aprendiendo. Aconsejo poner en una balanza la calidad del contenido vs. la cantidad. Como padres tenemos que valorar que nuestros hijos están aprendiendo una de las lecciones más importantes de la vida, ser resilientes, tener la capacidad para afrontar la adversidad, y lograr adaptarse y transformarse positivamente ante una crisis.

 ¿Qué puede decir a los padres que a pesar de tener un hogar sólido, les preocupa cómo afectará a sus hijos estar alejados del colegio durante meses?

Concentrarse en lo positivo de la situación. La mayoría de los padres han podido, por primera vez, experimentar lo que sus hijos son capaces de hacer, han podido compartir más tiempo y de calidad con ellos. Y no porque el aprendizaje sea diferente deja de ser menos valioso.

 ¿Como experta en docencia, algunos consejos para sobrellevar el aprendizaje a distancia con los más pequeños de casa?

Importante establecer rutinas y expectativas claras; tener un lugar específico en el que puedan trabajar; un horario que incluya momentos de distracción, movimiento, de tomar agua. Hacer un horario con dibujos y enseñar que cada vez que algo acabe, cuál será la siguiente actividad. Que sigan sus rutinas de dormir, contar cuentos y a cualquier otra actividad que estén acostumbrados.

¿Algún rincón de la casa ha sido habilitado como salón de clase?

¡Si! encontré refugio en el cuarto de una de mis niñas y lo adapté para dar clases desde ahí. Obviamente tuve que pedir permiso y negociar. Al final creo que las dos terminamos contentas con la negociación.

¿Has variado la alimentación con las niñas en casa?

Realmente no, como son pequeñas siempre han almorzado en casa. El primer mes nos ganó la novelería y estuvimos haciendo concursos de quién cocinaba mejor. Los fines de semana los dedicamos a preparar recetas un poquito más elaboradas y a hornear postres, les encantan.

¿Para terminar, qué hacer para no perder la paciencia cuando los padres sienten ansiedad y cansancio?

Algo triste de esta pandemia son las estadísticas de violencia intrafamiliar, han crecido de manera exponencial. Para evitar esto y otras reacciones adversas, es importante que los padres organicen un tiempo para ellos. Que puedan decir a sus hijos “necesito 5 minutos para mí,” sin culpa. Los adultos también necesitamos un espacio para conversar con nuestra pareja, familiares, o amigos. Está bien decir: “hoy estoy cansada, ¿me ayudas poniendo la mesa?”. La familia antes, hoy y siempre, es un equipo, y para ganar tenemos que trabajar todos juntos.