INTERNACIONAL

Por: Pablo Vásquez Pita
Noviembre 2015 – Diciembre 2015

La Cocina Volcánica surgió a mediados de los años noventa con la intención de reivindicar los platos que se venían preparando tradicionalmente en la comarca catalana de la Garrotxa, en el noreste de la Península Ibérica. Olot es la población de referencia de esta región salpicada de volcanes ya extinguidos. Allí, pero en plena actividad, se encuentra el estudio de arquitectura Arnau.

Se trata de un despacho joven, que a lo largo de estos últimos años ha ido insertando en distintos rincones de la comarca un puñado de proyectos que merecen ser conocidos. En su mayor parte se trata de intervenciones que parten de la construcción tradicional, tanto en relación a una preexistencia física, como a nivel conceptual. Quizás esta manera de afrontar la profesión, de ver la materia prima, tenga algo que ver con los cocineros volcánicos.

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Fachada delantera de la ‘Casa Mordida. © Marc Torra (www.fragments.cat)

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La ‘Casa Mordida’ en su contexto. © Marc Torra (www.fragments.cat)

PRODUCTO FRESCO DE GRANJA

Comenzamos el repaso a las obras del estudio en el campo, en una granja cercana a Olot: Mas La Carrera. Se trata de un grupo de construcciones de cierta antigüedad en las que se ha intervenido en diferentes fases. En ella destaca el amplio espacio que funciona como salón-cocina, entre la cubierta y la parte inferior del edificio. Pero en una fase posterior se interviene también en las demás construcciones y en el resto de la parcela.

Arnau Vergés Tejero, arquitecto del estudio, explica así la propuesta: “Las trazas de los cubiertos de animales y de maquinaria que derribamos, y los elementos que consolidamos, nos ayudan a configurar un volumen discontinuo parcialmente soterrado que empotramos en el bancal existente. Justo en la entrada de la casa, el nuevo edificio confluye con el resto de actores de la obra: unos muros que nacen, el patio herencia de un antiguo pozo, el puente, un juego de visiones cruzadas hacia los animales y los cultivos… La plazoleta del pueblo. La cubierta ajardinada del plano superior inicia un prado que subraya la cabaña a la vez que se entrega, a través del puente, a la vivienda del granero”.

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Pasarela hacia la nueva vivienda en la granja La Carrera © Marc Torra (www.fragments.cat)

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Interior de la vivienda en la granja La Carrera © Xevi Bayona Camó

MEDIA RACIÓN…

La calle Mayor de Olot puede ser un buen lugar para probar la cocina volcánica. Por aquí está el restaurante La Brasera. Ellos encargaron al Estudio Arnau la reforma de un local cercano para habilitar una parte como terraza del restaurante, pero manteniendo el pavimento y el falso techo existentes, porque no estaba claro el futuro del espacio. Y el arquitecto respondió así: “Proponemos elaborar una pérgola interior únicamente con listones de madera de pino. Esta pérgola, que evoca los bosques cercanos y profundos, nos atenúa la solidez del edificio que lo acoge y proporciona una atmósfera ligera y fácil. A la vez, nos filtra la luz de las luminarias ya existentes”. Se trata de un espacio versátil, con vocación pública, pero con la posibilidad de replegarse sobre sí mismo gracias a unas puertas correderas.

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Paneles móviles del restaurante La Brasera. © Marc Torra (www.fragments.cat)

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Terraza del restaurante La Brasera. © Marc Torra (www.fragments.cat)

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Interior de la terraza del restaurante La Brasera. © Marc Torra (www.fragments.cat)

“Desde un callejón empinado y pedregoso de Cadaqués alcanzamos directamente el nivel superior de un viejo edificio de tres plantas. Es aquí donde podemos estirar la vista hacia el tesoro que hay reposando: un único e irrepetible trozo de mar. Una visión preciosa, parcial y recortada por fachadas y tejados del pueblo, llena de entorno y de esencia”. Así explica Arnau Vergés el origen del proyecto de reforma de una vivienda en Cadaqués. “Queremos unos espacios que permitan vivir de cara al exterior con la máxima fluidez. Para resolver un programa funcional de familia numerosa en tiempo de vacaciones, concebimos unos espacios comunes amplios y una terraza que prolonga la sala de estar hasta verterla al mar”.

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Escalera del ‘Espacio Vertical’. © Marc Torra (www.fragments.cat)

“Queremos un hogar para formar una familia y ser muy felices”: En Olot había que dar una respuesta a esta demanda de los clientes. Había que reformar otra vivienda. “Un proyecto tan normal y, al mismo tiempo, tan excepcional”, comenta Arnau. “¿Cómo nos van a describir sus sueños? ¿Y cómo los sabremos interpretar? ¡Ay! si al menos los pudiéramos espiar por la ventana…”

Y de ventanas va la cosa. La propuesta consiste en dar funciones distintas a la fachada y a los nuevos paneles de vidrio que se colocan retranqueados respecto a aquella. Entre ambos cerramientos Arnau genera la chispa de la casa, un espacio tanto interior como exterior de una riqueza inesperada: “Con la elección de un material para toda la carpintería, el uso general de paneles correderos y con la búsqueda de visiones cruzadas, transparencias y reflejos, concebimos una vivienda continua y adaptable, un escenario ligero y respetuoso para una actuación irrepetible: la vida de una familia”.

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Un trozo de mar desde la vivienda de Cadaqués. © Marc Torra (www.fragments.cat)

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Espacio exterior de la vivienda en Cadaqués. © Marc Torra (www.fragments.cat)

…ORACIÓN COMPLETA

Pero la actividad del estudio no sólo ha consistido en intervenciones parciales. También en proyectos sobre la totalidad de un edificio. Es el caso de las propuestas llamadas ‘Espacio Vertical’, ‘Casa entre muros’ y ‘Ferrer Xocolata’.

En el primero de los tres proyectos Arnau podrá trabajar con el edificio existente, una vez más con la idea de conservar los elementos más destacables y deshacerse de los superfluos, para conseguir destilar de este modo la esencia de “un espacio vertical originado por la necesidad de hacer crecer la casa en cantidad y que ahora nos llena el espacio de calidad”.

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Espacio fluido de la vivienda en Olot. © Marc Torra (www.fragments.cat)

Se trata de un proyecto de rehabilitación del edificio con la finalidad de ubicar un estudio de trabajos audiovisuales. La propuesta final se podría interpretar como una versión en altura de sus reformas de viviendas horizontales, en las que se buscaba la continuidad y la variabilidad espacial mediante el uso de paneles móviles. Para esta versión vertical, el arquitecto explica que idearon “un sistema de barandillas plegables para disponer de toda la superficie existente cuando sea necesario.

En el proyecto ‘Casa entre muros’ la intención era rehabilitar una antigua vivienda entre medianeras, conservando los elementos de mayor interés. Pero el azar quiso que la vieja construcción se hundiera, por lo que el trabajo se transformó en un proyecto de nueva planta. Sin embargo, se mantuvo la idea de utilizar los elementos constructivos más valiosos, rescatándolos así de las ruinas.

El resultado será la sugerente fachada de la nueva casa, compuesta por una franja horizontal en planta baja, de lenguaje contemporáneo, que Arnau combina sin pudor con un hueco de sabor tradicional en el nivel superior, formado por piezas recuperadas de entre los escombros: “Una alegoría del vacío guardado por la casa hundida en la memoria arquitectónica de la calle”.

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achada de la ‘Casa entre muros’. © Xevi Bayona Camó

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Fachada del edificio ‘Ferrer Xocolata’. © Marc Torra (www.fragments.cat)

Y DE POSTRE, FRUTA Y CHOCOLATE

La Casa Mordida es uno de los pocos proyectos del estudio que se construyó desde cero en su totalidad. Pero también en este caso, según el autor, la idea de la propuesta estará generada por preexistencias, de otro tipo: “Al fondo de un valle abierto a riscos lejanos, esta casa sencilla se nos muestra cerrada como una caja para guardar pequeños tesoros: el primer sol de la mañana, la visión del campanario del pueblo al otro lado del río, unos barrancos a lo lejos, el laberinto de troncos de los árboles del bosque de ribera… Son posesiones que la casa guarda celosamente sin saber que, de hecho, es ella quien les pertenece”.

Es un proyecto que llama la atención por su volumetría potente, por el contraste entre la forma matriz del cubo, perfecta, sin huecos, y las deformaciones que se realizan a continuación sobre esa austera pieza inicial. “Presentamos una vivienda que tiene voluntad de responder a los condicionantes de la parcela con las palabras justas, casi con un silencio respetuoso. Planteamos un cubo de hormigón armado que observa el paisaje, busca el sol o relaciona las estancias interiores con el jardín con los mínimos gestos posibles, pero con la máxima contundencia.

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Planta de acceso a ‘Ferrer Xocolata’. © Marc Torra (www.fragments.cat)

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Zona de degustación en ‘Ferrer Xocolata’. © Marc Torra (www.fragments.cat)

Cuatro mordeduras en cuatro esquinas opuestas del cubo resuelven la relación de la vivienda con el resto de la parcela y con el exterior; áspero como la piel de un melocotón, sólo cuando mordemos esta fruta dulce de hormigón descubrimos toda la frescura que esconde en su interior”. Es de destacar también el mecanismo de iluminación del sótano. Los vidrios limitan con el interior de la piscina, por lo que la luz llega filtrada a través del movimiento del agua, creando un cierto ambiente de acuario.

Y cerramos el menú con el edificio Ferrer Xocolata. Arnau Vergés lo cuenta de una manera tan atractiva que simplemente los voy a dejar con sus palabras. ¡Que aprovechen!

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Arnau Vergés. “No dudamos de que el chocolate fundido fluye desde los obradores de arriba hasta concretarse en el producto terminado en la tienda”

“Construir un sueño no es nada fácil, pero éste era el encargo. Sí, como siempre, pero ahora más que nunca. Había que reformar un antiguo edificio para crear un espacio dedicado plenamente al chocolate. Éste era el dulce sueño de nuestro chocolatero. Y teníamos que hacerlo con sentimiento, con metáforas, con sentido del humor… ¡Teníamos que estar al nivel de las monas y de los pollitos de Pascua!

Entramos en el sueño atravesando el puente, dejamos atrás las preocupaciones y nos disponemos a creer en la felicidad. No dudamos de que el chocolate fundido fluye desde los obradores de arriba hasta concretarse en el producto terminado en la tienda. Probamos su dulzura en la planta sótano, un antiguo almacén de bacalao en salazón que ya casi nadie recuerda; tanto tiempo esperando el postre… Subimos al obrador y cuando la escalera se inunda de luz, conocemos a Jordi, que nos cuenta lo feliz que le hace todo esto. En la plaza, a salvo de su ángel, descubrimos la fachada: el molde de la tableta de chocolate creada.

En este proyecto todo ha sido diseñado: desde la sección del edificio hasta la silla de la zona de degustación o la tableta de chocolate. Un proyecto global y absorbente que, para los que lo hemos probado, ¡ha resultado ser adictivo!”.