Están aprobados $90 millones provenientes de la CAF, y $400 millones que están en negociación con el BID van por buen camino. Estos fondos estarán destinados a financiar programas de vivienda social, subsidios directos y programas de ahorro
El conversatorio organizado por el Ministerio de Infraestructura y Transporte (MIT), en el que ahora se integra la cartera de Vivienda, fue uno de los encuentros más esperados por el gremio de la construcción. Las expectativas eran tan altas como la incertidumbre, pues la consecuencia de la fusión de ministerios no estaba del todo clara.
Si empezara por el final, diría que el gobierno y el sector privado sellaron una alianza de caballeros para impulsar la construcción de 200.000 soluciones habitacionales en el país. Pero vamos al relato desde el principio, porque se dieron a conocer grandes noticias que, por adelantar la conclusión, no es pertinente dejarlas por fuera ya que son el corazón de este reportaje.
Con la presencia del ministro Roberto Luque y el viceministro Daniel Elmir, junto a líderes del sector privado y representantes de la banca pública y privada, se dio paso a esta reunión que logró una sorprendente convocatoria.

Roberto Luque, Ministro de Infraestructura y Transporte
Desde el inicio, el ministro Luque puso sobre la mesa el compromiso del Gobierno con la meta de construir 200.000 soluciones habitacionales en cuatro años, una promesa del presidente Daniel Noboa. “No vamos a poder cumplir solos esta meta. Necesitamos al sector privado como gran aliado, y a la banca pública y privada totalmente involucradas. Este gobierno les da la garantía de que juntos lo vamos a lograr”, afirmó Roberto ante un auditorio dispuesto a asumir el compromiso.
El evento arrancó con un análisis de la situación actual del déficit de vivienda en el país con el fin de captar la atención de la audiencia para, media hora después, soltar las verdaderas noticias de la tarde.
El anuncio más importante fue la inyección de recursos internacionales al fideicomiso que da vida a los proyectos de vivienda para los sectores más vulnerables de la población, una respuesta oficial que ha mantenido al gremio en compás de espera desde hace más de un año. Están aprobados $90 millones provenientes de la CAF, y $400 millones que están en negociación con el BID van por buen camino. Estos fondos estarán destinados a financiar programas de vivienda social.
El evento continuó con la afirmación de que ahora el gobierno está dando calidad al gasto público, y se mencionaron las medidas concretas que se han tomado. “La primera fue la devolución de $80 millones en IVA al sector de la construcción, un alivio financiero que busca dinamizar los proyectos y mejorar la liquidez de las empresas. Queremos que esos fondos se usen rápido, que se traduzcan en más casas, más empleo y más dinamismo económico”, insistió Roberto.
“Este reembolso de IVA no es un gesto simbólico, es una decisión para que el sector vuelva a invertir y tenga flujo de caja inmediato, sostuvo Daniel Elmir. Los empresarios presentes reconocieron que la devolución del IVA es una demanda histórica y que su cumplimiento fortalece la credibilidad del Gobierno frente al gremio.

Daniel Elmir, Viceministro de Vivienda
Siguiendo en la línea del ámbito financiero, otro momento importante fue el protagonizado por Bernardo Cordovez, gerente general del Biess, quien confirmó que este año se colocarán $600 millones de dólares en créditos hipotecarios, con la meta de llegar a $1.000 millones en los próximos años. “Estamos alineados con el Gobierno y con el sector de la construcción. Queremos ser parte activa de esta transformación y demostrar que los créditos hipotecarios pueden ser accesibles para todos”, dijo.

Bernardo Cordovez, Gerente del Biess
Desde la banca privada también llegaron buenas noticias. La guinda en el pastel la puso el presidente ejecutivo de Banco del Pacífico, Iván Andrade, al anunciar el regreso de la entidad al financiamiento para vivienda social y pública con una inyección inicial de $70 millones. “Regresamos al fideicomiso porque creemos en este modelo. Y no vamos a esperar, vamos a empezar ya”, aseguró.
Además, Iván hizo pública una importante reducción en las tasas de interés para crédito hipotecario en Banco del Pacífico. “Si el solicitante tiene un perfil crediticio de la mejor categoría, podrá acceder a créditos al 6,99% sin importar el valor de la vivienda que desee adquirir.”

Iván Andrade, Presidente Ejecutivo de Banco del Pacífico
Otro tema central fue la confirmación de la reactivación de los fideicomisos inmobiliarios, instrumentos financieros que permiten canalizar recursos de manera transparente y segura para proyectos de vivienda social y pública. El ministro Luque confirmó que el primero en reactivarse será el fideicomiso de El Ejido, considerado emblemático en el sector y que ha estado abandonado por más de una década.
“Los fideicomisos son garantía para todos, para la banca, para los constructores y para los beneficiarios. Con ellos aseguramos que los recursos se usen exclusivamente en vivienda y que el dinero llegue donde tiene que llegar”, explicó.
Daniel aportó con una buena noticia en este sentido. “No hay mal que por bien no venga. En esa zona antes se podía construir hasta ocho pisos, hoy, con el cambio de normativa, la altura máxima es a 12 pisos”. Es decir que, al reactivarse ese fideicomiso, habrá más rentabilidad para quienes lo ejecuten.
Otro anuncio que generó reacciones positivas fue el impulso a la vivienda prefabricada y a los kits de autoconstrucción pensados para el ámbito rural. Daniel explicó que el objetivo es democratizar el acceso a vivienda en sectores donde la construcción tradicional es compleja por temas logísticos y de costos.
“Queremos que cualquier ecuatoriano pueda acercarse a una ferretería y salir con un kit para su casa propia. La prioridad es atender a la población más vulnerable, aquella que vive en el campo y otras zonas alejadas”, indicó.
El programa contempla el diseño de kits estandarizados que incluyen materiales, especificaciones técnicas y acompañamiento para garantizar calidad y seguridad estructural. Este modelo permitirá levantar viviendas dignas en menor tiempo y con costos reducidos, además de dinamizar la cadena de ferreterías, distribuidores y mano de obra local.
Un constructor presente comentó que esta iniciativa rompe un paradigma porque da protagonismo a la autogestión de las familias. “No estamos hablando de asistencialismo, sino de empoderar a la gente para que construya su hogar con sus propias manos, pero con estándares técnicos y respaldo del Gobierno”, expresó al felicitar al viceministro por el anuncio.
Además, la regularización de títulos de propiedad, otra de las importantes medidas anunciadas en el encuentro, permitirá que miles de familias accedan a crédito formal al poder hipotecar sus inmuebles para obtener créditos, y entrarán al sistema bancario legal generando un círculo virtuoso de inclusión financiera.
El evento también se aprovechó para la presentación del programa Miti Miti, bajo el eslogan “Tu casa propia sí o sí”. El objetivo es comunicar masivamente que el programa de vivienda cuenta con subsidio estatal y que está diseñado para beneficiar a familias que de otra manera no podrían acceder a un crédito hipotecario. “Los beneficiarios deben saber que este es un programa subsidiado por el Gobierno. No vamos a escatimar en comunicación”, enfatizó el ministro.
Finalizada la parte oficial se dio paso a preguntas, comentarios y sugerencias de los asistentes. Los constructores y promotores inmobiliarios coincidieron en que el encuentro marcó un punto de inflexión en la relación entre Gobierno y sector privado. El ambiente fue descrito como de optimismo y esperanza renovada. “Estamos generando un pool de confianza. Constructores que antes no hacían vivienda social, hoy están listos para apostar por ella”, comentó uno de los empresarios presentes.
Otro asistente remarcó que la simplificación de trámites y la apertura al diálogo son factores decisivos: “La seguridad jurídica es fundamental. Hoy sentimos que hay un gobierno dispuesto a escuchar y a destrabar lo que antes era imposible”.
El ministro Luque cerró el conversatorio con un mensaje de unidad que dejó clara la intención del Gobierno. “Esto no depende de dos personas ni de un gobierno. Queremos que se convierta en una política de Estado duradera. Estamos comprometidos con ustedes, con el sector, con las familias y con el país. El camino para las 200.000 viviendas ya empezó”.
Con esta frase se selló un encuentro que será recordado como el inicio de una etapa de colaboración estrecha entre el Estado, la banca y los constructores. Los asistentes salieron con la convicción de que la meta de 200.000 soluciones habitacionales es ambiciosa pero alcanzable, y con la certeza de que el país cuenta con liderazgo y voluntad política para hacerla realidad.
Las buenas noticias compartidas en el evento dan para un reportaje por sí mismas. Sin embargo, vale la pena resaltar lo que manifiesto en el título de este artículo: el efecto multiplicador del subsidio a la tasa de interés para VIS y VIP, que no solo representa una oportunidad tangible para miles de familias que antes estaban fuera del sistema financiero, sino que redefine el papel de la vivienda como motor de desarrollo económico y social, a la par que democratiza el crédito hipotecario, dinamiza la demanda y da certidumbre al mercado.

Los proyectos de vivienda social y pública que estaban a la espera de señales de confianza hoy comienzan a cobrar forma. Los resultados se evidencian en las distintas regiones del país, donde empresas constructoras, promotoras e inversionistas han respondido con entusiasmo a la convocatoria del Gobierno y de la banca pública y privada. A lo largo y ancho del país hay miles de unidades de vivienda que califican para este segmento, y estoy segura de que pronto seguirán sumándose más.
En la zona metropolitana de Quito tenemos algunos ejemplos. La empresa Hormytec impulsa el Conjunto Residencial Los Alisos, ubicado en la zona norte; Inmosecon ofrece el Club Residencial La Condamine; Mijal constructora desarrolla el proyecto Anayansi; la Fundación Ecoalojamiento participa con Vivienda Digna María; el fideicomiso Inmobiliario Valentina Uno cuenta con un proyecto ubicado en Calderón; mientras que Inmocontacto ofrece para este segmento socioeconómico el proyecto Carmen Amelia by Novark, ubicado en el sector El Carmen, en la parroquia Llano Chico.
En los valles aledaños también hay interesantes opciones. Destaca el proyecto Vivah desarrollado por Proaño y Proaño Promotora Inmobiliaria en Tumbaco; en Pifo está la empresa Gerzacol con su proyecto Buganvilla Gardens; en la zona de Tababela se hace presente Verdepamba S.A.S. con el proyecto Verdepamba; y en Conocoto está San Alfonso 2 y Departamentos Carolina, desarrollados por San Marcos Construcciones.
Otras provincias de Ecuador suman su oferta para este segmento. Para mencionar algunos, tenemos al Arq. Fernando Maldonado Vaca que desarrolla el proyecto San Nicolás de las Abras en Riobamba. Ricardo Durán ofrece Valles de Beata en Guayaquil; Evacondi está presente en Esmeraldas con Bonaterra Urbanización; y en Cuenca tenemos a Las Praderas de Bemani desarrollada por RHR Rock & Hydro Resources Cia. Ltda.
En el ámbito rural, el subsidio a la tasa se complementa con los programas de autoconstrucción y vivienda prefabricada, mediante kits habitacionales estandarizados, que incluyen materiales, planos y asistencia técnica, y permiten levantar viviendas dignas y seguras con apoyo de gobiernos parroquiales y comunidades. Este modelo, de fuerte componente social, impulsa la economía local y refuerza el sentido de pertenencia.

Caridad Vela, Daniel Elmir e Iván Andrade
Todos los proyectos mencionados tienen factores en común que van más allá de cumplir la normativa para calificar como vivienda VIS o VIP. Son diseños en los que la arquitectura moderna supera los estándares de vivienda de interés social, y están orientados hacia diferentes sectores de la población: vivienda para jóvenes solteros, parejas con o sin hijos y adultos mayores, que pertenecen a los estratos socioeconómicos de la sociedad ecuatoriana.
El elemento transversal en todas estas iniciativas es fiel reflejo de cómo la política de tasas preferenciales vuelve rentable lo que antes era inviable, permitiendo a empresas medianas y grandes destinar recursos a segmentos históricamente desatendidos. Pero, más allá de los números, el verdadero valor del subsidio radica en su capacidad de unir voluntades. Vemos que gobierno, banca y sector privado finalmente confluyen en la visión compartida de convertir el derecho a la vivienda en un motor de inclusión social y desarrollo nacional.
