Por Caridad Vela

Cuatro ministerios en uno, cuatro importantes sectores de desarrollo económico están bajo la responsabilidad de Julio José Prado. Él es Ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca en Ecuador. Viene del sector privado, específicamente de la gerencia de Asobanca, donde tuve la oportunidad de conocerlo y entrevistarlo en repetidas ocasiones.

Su frontalidad y transparencia al contestar preguntas es digna de resaltar, pero lo que más llama la atención de su personalidad es la permanente motivación que transmite. Esa energía propia de un joven que ha alcanzado la madurez a fuerza de trabajo es garantía de que encontrará el camino para lograr sus objetivos.

Y eso es lo que le corresponde ahora que la Asamblea Nacional ha rechazado el proyecto de Ley de Atracción de Inversiones. “No nos detendremos, encontraremos el camino para cambiar el país y sacarlo adelante”, me dice con ese espíritu que no le teme a las circunstancias.

Julio José Prado - Revista CLAVE! Edicion 104

Julio José Prado, Ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca

¿Qué pasará ahora que la Asamblea ha bloqueado el proyecto de ley?

Una de las líneas estratégicas de este gobierno, quizás la más grande del área económica, es cambiar de modelo de desarrollo del país a través de un plan de acción que nos llevará a poner más Ecuador en el mundo y más mundo en Ecuador. No es un eslogan, es una frase que abarca mucho. Quiere decir más exportaciones, más apertura, más acuerdos comerciales y más atracción de inversiones. La Asamblea ha bloqueado el conjunto de normas que podían haber habilitado esta gestión, y eso nos obliga a ser más recursivos para cumplir nuestros objetivos.

¿Cuáles son esos objetivos?

Son metas duras. Por ejemplo, nos proponemos duplicar la inversión extranjera directa que recibe Ecuador en los tres años que nos quedan de gobierno. Tal vez suena a poco, pero esto no se ha logrado en los últimos 15 años. Actualmente la inversión extranjera directa representa el 0,7% del PIB en Ecuador, mientras que el promedio en América Latina es el 2.2%. Hay países como Panamá, República Dominicana, Colombia o Perú que alcanzan hasta el 7%. Eso significa aproximadamente 12.000 millones de dólares, mientras que Ecuador recibe 1.100 millones.

¿El desafío es llegar a $2.000 millones?

Exacto. Y hacia allá apuntaba la Ley de Atracción de Inversiones. Tenemos todos los elementos para lograrlo, menos el marco legal. Tenemos un presidente que habla el lenguaje de los empresarios y tiene muy clara visión de apertura hacia las inversiones. Además, Ecuador, en el contexto internacional y sobre todo en el contexto regional, atraviesa por un momento positivo de apertura a la inversión, a los acuerdos comerciales y al desarrollo. Esto no se daba antes, y por eso hemos recibido menos capitales que los países vecinos.

¿Qué avances se han logrado?

Le cuento el caso de Corea del Sur. Cuando me reuní con el Ministro de Comercio Exterior de Corea del Sur, me dijo que el peor proceso de negociación, el más frustrante que habían tenido, fue con Ecuador en la época de Correa. Tuve que demostrarle que ahora somos un país distinto. En menos de un mes firmamos el documento para iniciar las negociaciones del acuerdo comercial, y estimamos tenerlo cerrado hasta fin de año.

Y no será el único caso…

Nos ha tocado convencer a los inversionistas que Ecuador está cambiando. No es fácil, pero en eso estamos. Toda la gestión está centrada bajo el paraguas de “Ecuador is open for Business”, y el primer paso para demostrarlo fue el gran evento que hicimos el año pasado, y lo hemos convertido en la estrategia para promoción de inversiones. Hace pocas semanas, aprovechando el viaje del Presidente a Chile, hicimos una presentación. Otra en Nueva York, también con el Presidente, y en pocos días estaremos en Israel. Los países de América Latina han aplicado estrategias similares desde hace 40 años, pero Ecuador, siendo un país con tanto que ofrecer, nunca lo había hecho.

La construcción es uno de los sectores más golpeados, no solo por la pandemia sino porque no hay obra pública. ¿Habría oportunidades de inversión extranjera para este sector?

Una de las grandes transiciones que tiene que darse es en el cambio del motor que mueve la economía. En la época de Correa se manejó un modelo absolutamente insostenible, en el que el 80% de la inversión era pública, y solo el 20% fue privada, y ya vemos el nivel de deuda local e internacional que eso generó. El motor de la economía debe ser el sector privado, incluso a nivel de construcción de infraestructura, siempre cuidando la parte social para reducir los índices de desempleo y pobreza.

Para eso se requiere cambios en la normativa para conformar alianzas público-privadas, que tampoco han funcionado en el pasado…

Precisamente ese es uno de los ángulos que se reformaba con la Ley de Atracción de Inversiones que la Asamblea acaba de rechazar. Con esa reforma lográbamos tener un marco conceptual fuerte que garantiza la seguridad jurídica necesaria para lograr los $30.000 millones en proyectos de inversión.

¿Están identificados los proyectos que podrían atraer ese nivel de inversión?

Están totalmente identificados. Para mencionar algunos: energía renovable, energía convencional, energía eólica, hidroeléctrica, sector petrolero, minería, transporte, telecomunicaciones, etc. No todos están listos para salir a licitación, pero estamos trabajando en ello. En algunos sectores hay más complejidades, por ejemplo en minería, pero poco a poco se van superando. De hecho, el año pasado, a pesar de ser un año todavía de recesión, tuvimos exportación de minerales que bordearon los $1.500 millones.

Julio José Prado - Revista CLAVE! Edicion 104

Julio José Prado y Caridad Vela

¿Ecuador llega tarde en temas de minería?

Sí, pero eso no es del todo malo, porque los inversionistas ya han superado la prueba de acierto-error y saben a ciencia cierta cuáles son los procesos de minería responsable y sostenible. Ya sabemos lo que se hizo mal en Chile, Perú, Canadá, incluso en Nueva Zelanda o Australia, y con ese aprendizaje llegarán a Ecuador las empresas más grandes del mundo, que han alcanzado altos niveles de buenas prácticas, manejo ambiental responsable y sostenible, además positivo impacto social.

¿Cuánto de eso podrá ejecutarse ahora que la ley no fue aprobada?

Definitivamente se requieren reformas legales para facilitar que lleguen estas inversiones. La ley de alianzas público-privadas existe, pero es muy enredada y poco transparente. Cuando hablamos de inversiones para proyectos de largo plazo, que podrían llegar a los 50 años en casos de concesión, lo que más necesita el inversionista es seguridad jurídica y transparencia. Pero aun sin esta ley, el año pasado rompimos el récord histórico en aprobación de contratos de inversión. Cerramos el año con $2.200 millones de dólares en cerca de 70 contratos que se aprobaron en este ministerio, tanto de empresas locales como internacionales.

¿Cómo garantizar la seguridad jurídica a estos inversionistas?

Tenemos una figura que se llama contratos de protección de inversión que existe desde el gobierno antepasado, pero la hemos reforzado. Aplica para inversiones de más de un millón de dólares. La empresa inversionista se compromete a ciertos temas, entre ellos, a invertir cierta cantidad de dinero durante un período específico, y crear un determinado número de fuentes de empleo. El ministerio se compromete a darle seguridad jurídica durante el tiempo que dure la inversión para asegurarle que las condiciones no cambiarán, y a concederle los beneficios tributarios a los que legalmente podemos comprometernos.

¿Las inversiones deben ser en sectores específicos?

No. El Estado ya no decide en dónde se puede invertir. Cualquier empresa en cualquier sector, inclusive comercial, inmobiliario, de retail, etc., tiene acceso a firmar un contrato de inversión, siempre y cuando hablemos de más de un millón de dólares, pero dependiendo del monto podría incluso tener otro tipo de beneficios tributarios. No tiene que ser una empresa nueva, pero sí tiene que ser una inversión nueva.

¿A qué tipo de beneficios tributarios se refiere?

Para contratos de inversión el beneficio es de cinco puntos menos en el pago de impuesto a la renta, es decir, en lugar de pagar 25% pagará 20% por este concepto. Además exoneración del 100% al impuesto a salida de divisas, exoneración de impuestos de importación para materia prima, entre otros.

¿Aplica también para inversiones en proyectos inmobiliarios?

Ahora sí. Antes no aplicaba, porque estos beneficios estaban limitados solamente a sectores estratégicos definidos por el Estado como tales, y el inmobiliario no era uno de ellos, pero ya no hay esa limitación. Si un constructor o desarrollador inmobiliario quiere hacer una nueva inversión que supere el monto mínimo, nosotros le facilitamos el camino con procesos expeditos que toman máximo tres meses. Pero más allá de eso, los contratos de inversión que estamos firmando con empresas de todo tipo tendrán su impacto en la construcción, porque requieren construir sus sedes, la infraestructura necesaria, incluso vivienda en las zonas de inversión.

¿El sector inversionista ha mostrado interés?

En este primer trimestre hemos recibido 200 solicitudes para firmar contratos de inversión. Seguramente no todos pasaran los filtros de control, pero estimamos superar los $3.000 millones en estos primeros meses del año. Hay algunos que empezarán a ejecutarse inmediatamente, y otros que serán más paulatinos por la naturaleza del sector al que destinan la inversión.

¿La información de las empresas que harán estas inversiones es pública?

En la página www.ecuadoropenforbusiness.com están los 50 proyectos que se desarrollarán en alianzas público privadas. Son proyectos muy grandes: hidroeléctricos, eléctricos, fotovoltaicos, carreteras, puertos, aeropuertos, etc. En la página dice cuáles son, cuánto cuestan, cómo se van a realizar, cuáles son los requisitos, las fases de la inversión y toda la información necesaria. Cualquier proveedor que quiera aprovechar esta información para ofrecer sus servicios está invitado a hacerlo.

Otro limitante para atraer inversión extranjera es el impuesto a la salida de divisas (ISD). ¿Reducirlo gradualmente pondría en compás de espera a nuevas inversiones?

Podría tener ese efecto, por esa razón, de ser posible, se buscará espacios fiscales para reducirlo más aceleradamente, pero hay que hacerlo con responsabilidad porque el impacto es muy fuerte. Otra opción es acelerar la reducción del ISD sectorialmente, como se hizo con las aerolíneas para dar un respiro al sector turístico y de carga aérea. Paralelamente estamos generando crecimiento, y eso debería cubrir el espacio que deja la reducción del ISD, pero ese efecto no es inmediato. Parte del proceso que hace el Ministerio de Economía, con apoyo de los multilaterales, tiene como objetivo llegar al final de este período de gobierno con déficit cero, y vamos por buen camino. Esto no se ha visto en los últimos 15 años en el país.

¿Eso significa que habrá menos inversión pública?

No, significa que vamos a gastar mejor. Toda esa inversión que antes era netamente pública y se prestaba para muchísimos actos de corrupción, tiene que irse trasladando hacia el sector privado que es donde se asegura la sostenibilidad de las inversiones. Es ahí donde están las oportunidades.

La inversión del sector privado tiene otro limitante: las altas tasas de interés…

Las tasas de interés no se bajan por decreto, pero tenemos claridad en lo que debemos hacer en ese sentido. Son tres temas fundamentales. Primero, bajar el riesgo país. Lo estamos haciendo. Lo ideal sería que Ecuador llegue al menos a 400 puntos, si es más bajo mejor, porque a nivel regional no estamos donde queremos estar. Perú, con todos los problemas políticos está en 200, Colombia y Panamá en 150. Cuando logremos bajar nuestro riesgo país, y mantenerlo estable, bajarán las tasas de interés.

¿Segundo?

Hay que bajar el riesgo local. ¿Cómo lo hacemos? Abriendo más la economía, atrayendo más empresas, reactivando al país en la etapa post Covid para ser más eficientes, y tener más destinos para sus productos. Cuando se reactiva la economía, el banquero ve menor riesgo y eso debería reducir la tasa de manera natural.

¿Tercero?

Traer capitales internacionales. Un claro ejemplo de esto es la venta de Banco del Pacífico que, según ha afirmado el Presidente, se venderá a un banco internacional. La Ley de Atracción de Inversiones era una pieza fundamental para que Ecuador sea competitivo. El primer capítulo tiene que ver con reformas al mercado de valores, y eso habría permitido que todos los sectores de la economía tengan una fuente de financiamiento más barata. Además, si queremos ser parte de la Alianza del Pacífico, esta reforma habrá que hacerla.

La realidad es que el proyecto de ley fue archivado. ¿Qué pasará ahora?

No habremos completado el segundo de los tres pasos esenciales para poner en orden el proyecto de desarrollo económico industrial de Ecuador. El primero está dado, tenemos la reforma macroeconómica para dar estabilidad y soporte a la dolarización. El segundo, la Ley de Inversiones archivada impedirá al país tener ese gran shock que esperábamos a todo nivel: alianzas público privadas, zonas francas y mercado bursátil. Tercero, tendremos que mirar a ver qué pasa con la ley laboral que es determinante para generar más empleo y competitividad.

¿Y en cuanto al impacto a nivel de los mercados internacionales?

Sin duda es un golpe a la imagen del país. En todos los países que hemos presentado el plan Ecuador Open for Business hemos hablado de la nueva visión, de las oportunidades y beneficios que ofrecemos, de los procesos que estamos modificando para erradicar la corrupción, y de los incentivos que ponemos sobre la mesa para quienes confíen en nosotros. Todos los países amigos y nuestros futuros socios comerciales estaban pendientes de que esta ley entre en vigencia.

¿Siguiente paso?

Esto no nos va a frenar. El escenario pudo haber sido mucho mejor si se aprobaba la ley, pero vamos a conseguir más acuerdos comerciales para abrir la economía, y seguiremos con los tratados bilaterales de inversión, que son de gobierno a gobierno, que fueron denunciados por Correa, y son la razón por la que no hemos tenido inversión extranjera en Ecuador. Canadá, España, Uruguay, entre otras naciones, están buscando formalizar estos tratados bilaterales con nosotros.

¿Hay respaldo del sector privado?

Sí, mucho. Estamos proponiendo una estrategia de competitividad sectorial, que la entendemos como clusters industriales, y ha sido muy bien recibida. Me explico. Un clúster es un ecosistema pensado con empresas, gremios, academia, sector público, gobierno, bancos y demás, para que todas las partes de una cadena productiva pensemos cómo mejorar lo que ya tenemos. Es decir, cómo traemos más inversiones, abrimos más mercados, cómo hacemos innovación, etc.

¿Se ha logrado?

En los últimos diez meses hemos creado 20 iniciativas de clusters con cero costo. Pusimos la metodología, capacitamos gente en el sector privado y público, y ya tenemos armadas 20 iniciativas de clusters sectoriales. El clúster del sector inmobiliario lo lanzamos con el MIDUVI, y el objetivo es encontrar cómo convertir a Ecuador en un hub de inversiones inmobiliarias. Si bien esta es una estrategia promovida por el ministerio, la idea es que se mantenga en manos de la empresa privada, de tal manera que sea una política de largo plazo, independientemente de quién esté encabezando el ministerio.