En esta entrevista, conoceremos de la mano del Ministro de Trabajo Andrés Isch, las diferentes reformas que se han planteado para mejorar los niveles de empleo en el país y así logar la recuperación y dinamización de este importante sector de la economía. Sin embargo, el gobierno no es el único llamado a solucionar los problemas económicos del Ecuador. Su responsabilidad radica en tomar decisiones acertadas y dictar políticas que generen en el sector productivo, la confianza necesaria que sea la detonante y catalizadora de la reactivación económica del sector. Promotores de proyectos inmobiliarios, entidades financieras, compradores, inversionistas y esa gran lista de relacionados, deberán a su vez ser el motor que sostenga el anhelado crecimiento. 

Considerando las cifras totales de empleo, ¿qué porcentaje corresponde al sector construcción (SC)? 

El sector de la construcción es uno de los sectores de mayor generación de fuentes de empleo directas e indirectas. Con la pandemia, fue una de las áreas más afectadas, sin embargo, al estar dentro de políticas públicas y planes piloto es el sector que porcentualmente más ha crecido en la generación de puestos de trabajo y con un enorme aporte a la reactivación económica.  

Según la encuesta del INEC, en este sector el empleo creció siete veces entre junio y septiembre del 2020. En la actualidad hay cerca de 150.000 ciudadanos con trabajos formales, registrados en el Ministerio del Trabajo, en actividades relacionadas a la construcción.  

¿Cómo cierra el año 2020 (SC) en términos de empleo en este sector? 

Este año ha sido atípico y muy complejo para todos los sectores, sin embargo, el sector de la construcción desde el 16 de marzo de 2020 hasta el 07 de enero de 2021 ha creado 32.965 nuevos contratos de trabajo. Este crecimiento se ha visto apoyado por las nuevas modalidades contractuales que diseñamos para generar más puestos de trabajo.     

Se puede establecer, en términos geográficos, ¿qué ciudades o provincias fueron las más afectadas y en cuáles hay una mayor recuperación de empleos en el SC? 

De acuerdo al Sistema Único de Trabajo en el periodo comprendido entre marzo y diciembre de 2020, las dos provincias más afectadas durante la pandemia en el sector de la construcción fueron Guayas, con 22.745 actas de finiquito, y Pichincha con 19.478 actas de finiquito.  

Estas provincias también son las que más rápidamente han recuperado empleos: Pichincha con más de 45 mil contratos y Guayas con 43 mil contratos registrados en este sector. En las diferentes provincias se puede ver una recuperación de empleos, como ejemplo en Manabí tenemos más de 8.000 contratos, en Azuay 7.400, en todas las provincias existen contratos registrados en el sector de la construcción que están aportando al proceso de recuperación y reactivación de la economía del país. 

Hay que ser claros en algo: estos indicadores reflejan un camino de recuperación, pero aún no hemos salido de la crisis. Muchos ecuatorianos siguen sufriendo por el desempleo o por sólo tener acceso a empleos inadecuados, por lo que los esfuerzos por apuntalar las políticas públicas que generen oportunidades de trabajo deben continuar.  

¿La reducción se debe mayormente a los efectos del confinamiento por la pandemia? ¿O es una tendencia que se veía desde años anteriores por la crisis económica general? 

Sin duda, la crisis económica producto de la pandemia golpeó muy duro al Ecuador, a nuestros vecinos y al mundo entero.  También es cierto que la pandemia evidenció muchos problemas estructurales y lo que estamos viviendo es una combinación de una realidad circunstancial, causado por el COVID, y políticas inadecuadas que por muchos años y décadas han impedido que contemos con un mercado de trabajo robusto, competitivo y con alternativas para el desarrollo personal.  

Ahora, más que nunca, debemos atacar esos problemas estructurales con alternativas que nos permitan avanzar hacia relaciones laborales justas, equilibradas e inclusivas.  Históricamente, casi la mitad de la población ha estado en la informalidad, las mujeres mantienen enormes brechas en cuanto al acceso al mercado de trabajo, a remuneraciones adecuadas y los jóvenes se encuentran permanentemente con puertas cerradas.    

Frente a una situación así, no podemos aspirar solamente a volver a los indicadores pre pandemia, sino que debemos apuntar a una real transformación de las reglas de juego en favor de quienes más sufren esta realidad:  desempleados, informales, pequeños emprendedores y, especialmente, mujeres y jóvenes. 

¿Qué beneficios se incluyeron en la Ley de Ayuda Humanitaria para evitar que haya más despidos, o mayores contrataciones en el SC?  

La Ley Orgánica de Apoyo Humanitario dispone tres principales figuras en el ámbito laboral: los acuerdos de preservación de fuentes de trabajo, el contrato emergente y la reducción de la jornada laboral. 

Los resultados los encontramos en las cifras y los registros de empleo formal con los que cuenta el Ministerio de Trabajo, desde el 22 de junio de 2020 que se emitió la Ley hasta el 7 de enero de 2021, tenemos los siguientes resultados: 64.060 contratos registrados con reducción de la jornada, 4.202 acuerdos de preservación de fuentes de trabajo y 40.021 contratos emergentes.  

Estas cifras nos muestran que se cumplió el objetivo de preservar fuentes de empleo, podemos decir que se han salvado 68.262 empleos y creado más de 40 mil gracias a la Ley de Apoyo Humanitario.  

¿Esas flexibilidades laborales han surtido las consecuencias esperadas? ¿Cuáles? 

La flexibilización, en los términos en los que tradicionalmente se ha debatido, es un error porque implica un desequilibrio en la relación laboral.  Yo creo en que el objetivo debe ser llegar a tener relaciones laborales justas, donde para ambas partes sea un buen negocio apostarle a una relación de largo plazo.   

Las medidas que hemos tomado apuntan en esa línea: un balance adecuado entre oportunidades, y derechos. O crecemos juntos, con solidaridad y responsabilidad, o volveremos a caer en los mismos males que ahora nos aquejan. 

En ese sentido, las nuevas modalidades contractuales han dado resultado, precisamente porque generan incentivos para la contratación con condiciones claras y adecuadas, al mismo tiempo que consideran tanto los derechos de los trabajadores como el derecho de aquellos ecuatorianos que no tienen trabajo para que se abran las puertas de nuevas contrataciones.  

La identificación de las mejores políticas públicas debe hacerse sobre la base de datos y no de dogmas, y los datos lo que demuestran es que desde el mes de julio las cifras de empleo y empleo adecuado han mejorado de manera constante como consecuencia de varias decisiones acertadas: una reapertura ordenada de la economía, responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas, mantener una red social de protección para los más vulnerables y herramientas laborales adecuadas que animen a los emprendedores a contratar a más trabajadores.  

También ha sido muy importante incorporar a la ciudadanía, de manera muy activa, en la discusión sobre el futuro del trabajo en el Ecuador.   

¿Se incluyó a representantes del SC en las mesas técnicas de discusión? 

Tanto en el proceso de elaboración de la Ley Orgánica de Apoyo Humanitario como en las nuevas reformas que se están planteando se ha conversado mucho con la sociedad civil. 

Abrimos un espacio que lo denominamos Juntos por el Trabajo, desde donde diversos actores, tradicionales como sindicatos o cámaras, y no tradicionales como desempleados, trabajadores autónomos y pequeños empresarios, han ayudado a construir propuestas novedosas y de consenso que resuelvan los problemas a los que se enfrentan día a día.  

Desde allí, por ejemplo, se inició la construcción del proyecto de Ley para la Economía Violeta, que busca generar nuevos contratos de trabajo para mujeres, mejor remunerados, con reglas de juego que faciliten su crecimiento profesional.  Recogimos las ideas y el esfuerzo de muchísimas mujeres que, desde distintos espacios, han impulsado una sociedad más justa. 

Otro ejemplo es el contrato de obra o servicio determinado por giro de negocio, que en la práctica permite generar puestos de trabajo alrededor de proyectos específicos.  Ésta era una necesidad para el propio sector de la construcción, desarrolladores de software y muchos emprendimientos que requerían de seguridad jurídica.  En pocos meses, este contrato ha generado más de 25.000 empleos formales, con transferencia de conocimiento y condiciones adecuadas para sus trabajadores.  

Con el sector de la Construcción se realizaron 10 reuniones directas sobre la Ley Humanitaria y el contrato por obra o servicio determinado por giro de negocio, capacitando a mas de 450 representantes de diferentes gremios y cámaras del sector.   

De los temas planteados por los representantes del SC, ¿quedó algo pendiente que podría incluirse en estos meses?  

Más que temas pendientes, es importante mencionar que tanto en Juntos por El Trabajo y en las reuniones de socialización encontramos 3 ejes importantes: protección de derechos, generación de trabajo y generación de capacidades. Estos son parte de una reforma necesaria para modernizar las relaciones laborales y dar solución a problemas estructurales que se vienen arrastrando desde hace mucho tiempo y que se hicieron aún más evidentes con la pandemia.  

La informalidad, más de la mitad del país se encuentra en esta situación, el acceso de los jóvenes a un empleo y la brecha de género; en este punto, estamos bastante avanzados y presentaremos en las próximas semanas la ley de Economía Violeta con incentivos para la contratación y crecimiento profesional de mujeres en las empresas.  

Es primordial tener las condiciones más adecuadas para trabajar y emprender, lo que quiere decir, quitar regulaciones innecesarias, modernizar la legislación para poder adaptarnos al mundo que viene, avanzar hacia mejoras en la seguridad social. Es decir, tener reglas claras y justas para el mercado laboral, la formalidad debe ser más atractiva que la informalidad.  

¿Cómo se establece el salario mínimo en los contratos por obra o servicio determinado dentro del giro del negocio? 

El Acuerdo Ministerial 136, establece en su artículo 7 que la remuneración que perciba el trabajador bajo el contrato por obra o servicio determinado dentro del giro del negocio no podrá ser menor al salario básico o los salarios sectoriales determinados para jornada completa ordinaria o su proporcional para jornada parcial, conforme lo dispuesto en el Código del Trabajo.  

¿Este tipo de contrato por obra implica relación de dependencia laboral? Es decir, ¿cuáles son las obligaciones del empleador? 

Sí, este contrato implica una relación formal de trabajo con dependencia laboral durante todo el tiempo de la relación contractual.  

Hay ventajas adicionales: el trabajador podrá prestar sus servicios para uno o más empleadores siempre y cuando no afecte el desempeño de sus funciones, y una vez concluido el periodo de trabajo tendrá derecho a su liquidación conforme lo establece la ley. 

Esta modalidad fomenta la transmisión de conocimientos, su duración se adapta a la obra o servicio y permite el pluriempleo.  

Al ser un contrato por tiempo definido, ¿cómo se da su terminación? ¿Hay que hacer una liquidación económica? 

El contrato estará vigente el tiempo que dure la obra o servicio determinado. La forma más fácil de entenderlo es lo que sucede cuando se construye una casa: cuando se termina la construcción la relación laboral terminará, y se debe liquidar al trabajador. Sin embargo, si es que de manera arbitraría se despide al trabajador antes de la finalización de la obra o servicio determinado, se produciría un caso de despido intempestivo y allí cabría la indemnización correspondiente.  

A su criterio, ¿qué hace falta para dar mayor impulso a la reactivación laboral en el SC? 

La seguridad jurídica que se ha generado con las nuevas modalidades contractuales creadas a través de Acuerdos Ministeriales debe solidificarse aun más, elevándolas a nivel de ley. Adicionalmente, debemos seguir fortaleciendo la generación de capacidades con una oferta amplia, accesible y dinámica de cursos que permitan a los trabajadores ecuatorianos estar preparados para las nuevas demandas del sector.  Con esto, no solo podrán optar por trabajos mejor pagados, sino que también les será más fácil convertirse en nuevos emprendedores.  

Las reformas profundas que se han llevado a cabo en los últimos años deben sostenerse. Ecuador estuvo muy cerca de convertirse en una nueva Venezuela y, afortunadamente, se dio un golpe de timón a tiempo. Es fundamental sostener la dolarización como el activo más importante de nuestra estabilidad, al mismo tiempo que continuamos con los esfuerzos para darle al Estado el rol que debe tener, que es uno en el que se dedique a proteger y asegurar los derechos de los más débiles y facilitar que los ciudadanos puedan cumplir sus sueños.  

Si queremos construir un mejor futuro debemos entender a los sectores productivos como aliados del desarrollo y no como adversarios, es vital continuar trabajando de manera conjunta para apoyar la reactivación laboral del sector de la construcción.