IGLESIA LA COMPAÑÍA DE JESÚS

Por: Belén Guerrero

Sin duda las fotografías de la Iglesia de la Compañía de Jesús se llevan el protagonismo en estas páginas. Aún así, es esencial nombrarla, fotografiarla, y sobretodo visitarla, para admirar uno de los espacios más importantes del Centro Histórico de Quito.

La Iglesia de la Compañía de Jesús se diferencia del resto de iglesias coloniales por varios factores. Entre ellos, en la parte central del altar principal no se encuentra un cristo sacrificado en la cruz, como es común en toda iglesia, sino un cuadro de la reconocida Virgen de los Dolores, o Virgen de la Dolorosa, del Colegio San Gabriel.

La razón se remonta a 1906, cuando el Colegio San Gabriel, que tenía sus instalaciones aledañas a la iglesia, se convierte en la sede de un milagro cuando los estudiantes regresaban de una excursión en el volcán Pichincha. Ellos entraron al comedor a la hora de la cena, y un grupo de 35 vio que el cuadro de la Virgen Dolorosa comenzó a parpadear, y lo hizo durante quince minutos. Este hecho, que ha dado mucho que hablar en la sociedad quiteña durante más de un siglo, está respaldado en relatos notariados en el país, y ha sido corroborado en El Vaticano.

El cuadro que hoy se encuentra en La Compañía no es el original del milagro, éste se encuentra en la Capilla del Colegio San Gabriel que ahora está al norte de la ciudad. Lo que sí guarda la iglesia es el lugar de los hechos: el comedor donde se dio el milagro, ahora convertido en la Capilla del Milagro, a la que se accede por la Calle Benalcázar y está totalmente tallada en madera.

En la parte inferior del altar principal hay una urna de bronce, donada por el ex Presidente de Ecuador, Gabriel García Moreno, que contiene las reliquias más importantes de Santa Marianita de Jesús; también conocida como la Santa Quiteña o la Azucena de Quito; autora de la célebre frase “Ecuador no se acabará por terremotos, sino por malos gobiernos”. Se la considera una heroína nacional, ya que la leyenda cuenta que cuando ella falleció en 1645, a sus 26 años, cesaron todas las pestes y temblores que amenazaban a la ciudad de Quito.

Basta con tener un pie adentro de la iglesia para que la mirada empiece a divagar por todas partes sin saber dónde enfocar, si al techo, las columnas, los cuadros, los altares… Según cuenta la historia, su construcción empezó en 1605 y terminó en 1765, es decir 160 años de trabajo que no sorprenden cuando tenemos la oportunidad de admirarla en detalle.

Cada espacio está decorado y finamente acabado, haciendo alarde del estilo barroco que predomina en toda la obra. El “miedo al vacío” está latente en cada centímetro de esta iglesia, en la que no se encuentra ni un pequeño rincón sin color o tallado.

La iglesia está construida con materiales propios del país. Para las columnas y los muros se utilizó piedra volcánica proveniente de las calderas del volcán Pichincha. Para la parte alta, el techo y las cúpulas, se empleó piedra pómez y ladrillo por ser materiales livianos. El elemento que más destaca a simple vista es el recubrimiento de color dorado, conocido como lámina de oro o pan de oro, que representa 52 kilos de un oro de 23 a 24 quilates.

Hay tantas historias de esta Iglesia como detalles en su decoración que es imposible intentar cubrirlas todas en pocas líneas. Está el púlpito que simbolizaba el corazón de la Iglesia por ser el lugar donde el sacerdote daba la misa, y tiene forma de copa o cáliz para que la propia estructura funcione como amplificador. Está decorado desde su base hasta su parte superior con 258 rostros, algunos de los cuales son tan pequeños como un pulgar.

La puerta de atrás, conocida como mampara, también tiene una función acústica para que el sonido no se escape. Está decorada en su lado izquierdo por una escalera que permite subir al coro, y en su lado derecho por la misma escalera, pero pintada, engañando a la vista con una ilusión óptica que nos hace pensar que las dos son reales. Esta estrategia ha sido muy utilizada en iglesias de estilo barroco para mantener la simetría. El órgano, fabricado en EEUU y ensamblado en Quito en 1889, se lo puede escuchar en todas las misas dominicales a las 10h30, y en conciertos de música sacra en Semana Santa.

Imposible dejar fuera de este relato a dos de los cuadros más reconocidos del lugar: El Infierno, imagen que tiene como protagonista a Lucifer y refleja 25 pecados con sus respectivos castigos; y justo enfrente, el cuadro del Juicio Final, donde se grafica la acción de decidir el destino de una persona, sin importar quién es ni de dónde viene. Las dos obras fueron estratégicamente ubicadas por los jesuitas, para que quien ingrese se vea amenazado por el cuadro del Infierno y asista a la misa, sea catequizado, y salga por delante del cuadro del Juicio Final.

Visitar la Iglesia de La Compañía de Jesús requiere ir con tiempo suficiente para disfrutar sin apuro del barroco en su esplendor, y se recomienda tomar un guía, ya que es la única forma de conocer todas las historias que la iglesia esconde.

CUADROS INFORMATIVOS

MISA
Lunes a domingos – mañana y tarde

HORARIOS
Lunes a viernes: 09h30 a 17h30
Sábados: 09h30 a 16h30
Domingos: 13h30 a 16h30

Teléfono: 2584175

DIRECCIÓN
García Moreno y Sucre

COSTO DE ENTRADA
Extranjero adulto $4
Extranjero estudiante $2
Nacional adulto $2
Universitario nacional $1
Persona de Colegio 0,50
Tercera edad, niños, discapacidad, no cancelan.