Hablar de subsidios está de moda. Unos se eliminan, como el del diésel, mientras otros se refuerzan, como el que subvenciona la tasa de interés para vivienda de interés social y pública.

Escuchar de subsidios estatales automáticamente nos lleva a pensar en gastos del presupuesto del Estado que se consumen sin retorno visible en el corto plazo, pero hay uno, el más noble de todos, cuyo efecto no solo es visible, sino también de impactos medibles desde el primer día.

Me refiero al que habilita el plan Miti-Miti impulsado por el gobierno nacional (antes 5-25-5), que no es un gasto inerte, es todo lo contrario. Es un ampalancamiento estratégico que genera empleo, reactiva la economía, y abre la posibilidad de tener vivienda a ecuatorianos de bajos recursos. Y por si esto fuese poco, paralelamente fortalece varios sectores que se convierten en motor de crecimiento de la economía nacional.

Sí, el subsidio a la tasa de interés para vivienda social y pública tiene efecto de semilla productiva, y debe no solo mantenerse en el tiempo, sino potenciarse para cumplir la promesa de 200.000 soluciones habitacionales del presidente, porque cada dólar invertido se multiplicará en retorno económico, social y urbano.

Hemos pasado semanas leyendo titulares que dan cuenta de la eliminación del subsidio al diésel, que en realidad debieron destacar que el gobierno estaba liberando recursos fiscales para enfocarlos hacia un destino social y productivo. Pero así se han dado las cosas, el verdadero sentido de esta difícil, pero acertada, decisión del gobierno, no fue debidamente abordada.

Lo de antes era un vaso vacío, lo de hoy es un vaso lleno que, respaldado por la enfática frase del presidente Noboa, que afirma que no dará paso atrás en su decisión, muestra que hay una visión de Estado que prioriza el largo plazo sobre lo inmediato, la tierra firme sobre el pantano, la paz y el progreso en cada sector urbano y rural del país sobre la anarquía, porque ahora los recursos limitados del presupuesto nacional se invertirán en aquello que multiplica bienestar para todos.

Construir no es solo soñar, es actuar, es hacer posible que todas las actividades económicas tengan espacio para innovar y crecer, y que el afán de futuro que tenemos los ecuatorianos sea el reflejo de ciudadanos con alma honesta y serios compromisos con el mañana.

Hasta la próxima!

Caridad Vela