Trabajar es el lema de la existencia. Disfrutar haciéndolo es la clave que trae vida a nuestros días. Entregarlo para bien de la comunidad nos convierte en miembros de una sociedad que piensa en plural.

No quiero robarle el eslogan al gobierno, pero debo reconocer que con poco dice mucho. Juntos lo lograremos. Hay que repetirlo hasta que cale. Son tres palabras tan cargadas de verdad que debemos extrapolarlas más allá de nuestros hogares y empresas, porque nada de eso tendremos si no logramos consensos para el espectro más grande: la ciudad primero y el país después.

Pensando en pequeño la historia es una. Pensando en grande el horizonte es otro. En lo pequeño, el gremio de la construcción y promoción inmobiliaria, tanto como los proveedores de materiales, son dignos de admiración y aplausos. Han probado que nada los detiene. En lo grande tenemos por delante un enorme desafío: las próximas elecciones. En escasos siete meses elegiremos miles de autoridades, entre ellas a 221 alcaldes y 1.305 concejales. Sí, un poder ejecutivo y un poder legislativo para cada cantón del país.

Provoca escalofrío pensar que podemos equivocarnos al elegir, con lo cual terminaremos en el mismo limbo que el Presidente de la República y la Asamblea Nacional. No me refiero solamente a la polarización de fuerzas políticas, sino también a la poca preparación en materia administrativa de los próximos alcaldes y el nulo conocimiento en legislación urbana de los próximos concejales.

Las principales ciudades del país ya no aguantan más improvisaciones, y el poder ciudadano, es decir todos y cada uno de nosotros, tenemos una nueva oportunidad de cambiar el rumbo al desgastado timón que nos lleva a la deriva. Estamos a tiempo para prender las alarmas y poner sobre la mesa nuestras exigencias. Son tantas y tan diversas que no será fácil estructurarlas, tal vez ha llegado la hora de priorizar, de establecer un punto de partida desde el que se trazará la ruta hacia un mañana que valga la pena esperar con ilusión.

Nunca es muy temprano para mirar el futuro, si acaso, estamos tarde.

Hasta la próxima!