Mario Schjetnan
INTERNACIONALPor: María Gracia Banderas
Octubre – Noviembre, 2015

Chapultepec. Foto Francisco Gómez Sosa

Reconocimiento Mario Schjetnan premio IFLA 2015. Foto: Francisco Gómez Sosa

Según lo afirma Roberto Burle Marx, considerado como el padre de los jardines, “uno debe rodearse de objetos de emoción poética”, y de hecho, estas son las palabras que mejor resumen el argumento del paisajismo. La comunión de la arquitectura, las estructuras y el arte; con la belleza de las raíces, y el misticismo de la naturaleza decantan en una rama que requiere de mucha precisión, pero simultáneamente de suprema sensibilidad.

La arquitectura paisajista maneja espacios abiertos y procura adaptar la biodiversidad con las comunidades edificadas, en esta búsqueda contemporánea de ciudades que provean espacios verdes a la ciudadanía. La aplicación de esta rama se dirige hacia ciertos conceptos que rigen el manejo de los espacios bajo un determinado contexto cultural, y un uso adecuado de recursos en los que se prioriza la conservación del paisaje en su estado natural.

Canal de la Cortadura. Francisco Gómez Sosa

Chapultepec. Foto: Francisco Gómez Sosa

Dada la importancia de conectar a la ciudad con espacios vivos naturales, la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (IFLA por sus siglas en inglés), entrega anualmente el premio Sir Geoffrey Jellicoe Award, con el que se reconoce a arquitectos cuya trayectoria sea destacada en el ámbito del paisajismo. El premio reconoce a un arquitecto vivo, cuyos logros y contribuciones hayan tenido un impacto único y duradero en el bienestar de la sociedad y el medio ambiente, así como en la promoción de la profesión.

En la edición del año en curso, se hizo acreedor a tan honorable distinción el arquitecto mexicano Mario Schjetnan, quien fue reconocido por sus 40 años de trayectoria y sus remarcadas obras, que forman parte de un amplio abanico que evidencia la creatividad y el expertise del arquitecto, tanto en el área de paisajismo como en diseño urbano. Además, cabe remarcar que es el primer representante latinoamericano en recibir el Sir Geoffrey Jellicoe Award.

Mario trabaja en torno al urbanismo ambiental desde 1971. Ha tenido que sobrellevar dificultades en su carrera, pues según señala, “en los años 70 era difícil explicar la utilidad, beneficios y conceptos ambientales en los proyectos urbanos y arquitectónicos”.

Por otro lado, es importante conocer qué implica el término sustentabilidad para el Arq. Schjetnan. Él sostiene que es la “optimización de recursos económicos y ambientales de tierra y energía. Es medir la mínima huella ambiental y la maximización social de un proyecto”. No en vano la IFLA, “que aglutina a las sociedades de arquitectos paisajistas de 59 países” reconoció a Mario. Entre sus habilidades está la habilitación de espacios en desuso como son Tecnoparque o Jardín Natura.

El Tecnoparque está ubicado en Ciudad de México, y fue construido en donde funcionaba una antigua planta de producción de placas de acero y varilla que “fue cerrada a principios de los años 90 debido a que había caído en desuso”. La intención del proyecto fue crear un campus corporativo de alta tecnología, bajo especificaciones de excelente calidad. En este caso “la arquitectura de paisaje del conjunto incluye plazas, cuerpos de agua, jardines, estacionamientos, edificio de acceso, cafetería y pérgola. El proyecto pone especial énfasis en un sistema de reutilización y devolución del agua lluvia por medio de su reinserción al acuífero y la trata de aguas negras para riego”. Por su parte, “la relación visual, espacial y la funcionalidad entre los jardines es dinámica y el espacio general fluye como una única área, para ofrecer un ambiente laboral de alta calidad de vida”.

Canal de la Cortadura. Francisco Gómez Sosa

Jardín Natura, localizado en el parque Bicentenario también en México, es el perfecto ejemplo de la armonía lograda entre varios jardines botánicos, cuyo fin es representar a los biomas más significativos del país en cuestión. Originalmente, el Parque Bicentenario era una refinería perteneciente a Pemex que cerró en 1988, como parte de un proceso de relocalización de empresas contaminantes en México. Luego de un acuerdo con el gobierno federal, se procedió a realizar una donación al Estado de 55 hectáreas para la construcción de un parque, y 45 para propósitos de almacenaje. El lugar contaba con un total de 100 hectáreas.

Entre los trabajos reconocidos del Arq. Schjetnan, sobresale lo realizado en el Bosque de Chapultepec, considerado como el más antiguo de México, y uno de los parques urbanos más visitados. Lo constituyen 686 hectáreas y es probable que se trate del parque público más antiguo de América, cuyo interior contiene “un patrimonio invaluable de orden cultural, monumental, arquitectónico y ambiental”.

Jardín Natura. Francisco Gómez Sosa

A lo largo de los años se han realizado distintas intervenciones divididas en varias etapas, cuyos niveles de calidad no estaban definidos bajo similares parámetros, por lo que se considera que se perdió la “visión de conjunto”. Según lo señala Mario Schjetnan, el aspecto ambiental y paisajístico fue el más deteriorado, “se realizaron campañas de reforestación y jardinería con buena intención, pero sin criterios técnicos o paisajísticos, y con desconocimiento de las especies idóneas”. La consecuencia fue “una sobresaturación de especies vegetales en muchas zonas, en detrimento de especies preexistentes”.

Por este y otros varios aspectos, se elaboró un “Plan Maestro integral de rehabilitación ambiental, hidráulica, histórica y paisajística; además de proyectos puntuales de servicios y reordenamiento de comercio”, obteniendo como resultado un parque urbano que además de caracterizarse por su particular belleza, expone armonía tanto en estructura como en flora.

Chapultepec. Francisco Gómez Sosa

Chapultepec. Francisco Gómez Sosa

Tecnoparque. Foto: Pedro Hiriart

Otro de los aciertos de Mario Schjetnan es la construcción de la Azotea Verde del Call Center Santander, en la Ciudad de Querétaro, que está localizada en el centro del país y tiene un clima semidesértico con gran asoleamiento, días calientes y noches frías. Según lo señala el arquitecto, “la Azotea se concibió como una gran terraza verde con vegetación mayoritaria. Este espacio enfatiza el descanso, relajación, aprovechamiento de vistas urbanas y contacto con el cielo”.

Pero, ¿por qué se decidió optar por una cubierta sostenible en esta edificación? “Para mejorar la protección solar por medio de una cubierta verde, que disminuyera la inercia térmica por asoleamiento”. Sin embargo, una de las interrogantes pendientes es el tiempo de vida que puede lograr una cubierta ajardinada. En este caso específico, Mario sostiene que “mientras se mantenga la vegetación y se dé mantenimiento adecuado, puede vivir la vida del propio edificio”.
Al preguntar al arquitecto protagonista de esta entrevista, cómo se avizora el panorama en cuanto a sistemas de agricultura en edificios de altura con huertas urbanas en México, menciona que el tema es aún muy incipiente. “El desarrollo de la conciencia ambiental en México ha sido rápida y extensiva, si bien existe todavía un rezago ambiental muy significativo”. Sin embargo, el desarrollo de las ciudades es una tarea de suma importancia. Las directrices que considera que deben tomarse, para que en estructuras ya establecidas se incluya un urbanismo ambiental en ciudades cosmopolitas, es no perder de vista la “ciudad existente y el urbanismo ambiental: naturación de ciudad, peatonización y sistemas de movimiento y conectividad pasivas, infiltración de aguas de lluvia en acuíferos, reciclaje de aguas negras y desechos, mejoramiento y accesibilidad a espacio público, recreación y cultura para todos”.

En definitiva, es una ciencia que involucra un todo, que converge en ciudades aptas para el completo desarrollo de sus habitantes. C!